Entusiasta, gran amigo, maestro, agradecido en sus triunfos e incluso en sus derrotas, a veces un poco enojón, pero orgulloso de representar a su país.
Así es como familiares y amigos describen a Jaime Humberto Romero, el gimnasta que dejó sus sueños y pasiones en sus medallas: el sábado fue asesinado a las afueras del Lienzo Charro Zermeño, en Guadalajara.
"No nací para perder y aun menos estoy aquí para rendirme... Lo logro o muero en la raya. Ahí encontré mi HONOR y mi GLORIA!", escribió Jaime en su cuenta de Facebook. A sus 22 años el deportista ya tenía una medalla de oro al proclamarse campeón.
En salto de caballo de la Olimpiada Nacional Juvenil celebrada en mayo, además, fue segundo lugar en caballo con arzones y logró el bronce en la barra fija.
En octubre pasado consiguió un histórico boleto al Mundial de Gimnasia a celebrarse en Escocia del 24 de octubre al 2 de noviembre de este año, donde buscaría el pase a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Romero tenía sueños e ilusiones en el deporte y constantemente los resaltaba en su cuenta de Facebook. Estaba orgulloso de representar a México.
"Mi más grande sueño hoy es mi gran Pasion (sic), defender los colores de mi nación", publicó el gimnasta.
Jaime también compartía sus conocimientos y les enseñaba a sus compañeros del centro de deportes SkillGymnastic Academy; "(él) era hijo de mi entrenador Jaime Otakara, pero él en realidad también los entrenaba, era un gran amigo y nos enseñaba muchas cosas, todos mis compañeros éramos como sus niños", explicó Alex Castro, quien lo conoció desde que tenía siete años.
"Era un poco enojón a veces, pero siempre buscaba lograr sus objetivos y que los demás también lo hicieran y no se desviaran. Íbamos al gotcha seguido con él, de hecho el sábado (cuando fue hallado muerto) íbamos a ir", dijo Alex en entrevista por mensajes en Facebook.
La mamá de Jaime, Aída Morán, lo describió como un joven entusiasta, con metas y el sueño de representar a México.
"Su sueño fue el deporte y sobre todo representar a su país dignamente, porque él siempre fue un creyente de sus instituciones como país (...) siempre creyó en su país y encontró este medio del deporte para representarlo", dijo este lunes su mamá en entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva.
El 23 de mayo, Romero dijo que una de las cosas que más le gustaría hacer era un giro particular: "hay cosas que me muero por hacer, entre otras tantas una Japonesa Doble... No todo lo que brilla es oro".
Según lo que escribía, el gimnasta era una persona agradecida en sus triunfos e incluso en sus derrotas, confiaba en sus creencias y en sus capacidades en el deporte, tal como lo publicó el 6 de agosto de 2013 cuando escribió "Estoy en donde dios quiere que este, no puedo dudar!" (sic).
Este fin de semana el deportista fue a una fiesta de cumpleaños de un amigo.
Según las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Jalisco, hubo un pleito durante la fiesta en el Lienzo Charro de Guadalajara. La discusión pudo llevar a una agresión.
La madrugada del sábado, las autoridades hallaron los cadáveres de Romero y su amigo Raúl Trejo Santos, quienes tenían disparos de arma de fuego en el cráneo.
La mamá del gimnasta reprochó que las autoridades no le avisaron sobre el crimen y que se enteraron porque su hija vio la noticia por internet.
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