Ya es unánime en la opinión pública y en las agencias de seguridad: a un año de la caída de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera nada ha cambiado.
Las drogas siguen fluyendo como ríos, el cártel de Sinaloa se fortalece cada vez más en figuras como Ismael “el Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero, Dámaso López Núñez y los Chapitos. Y mientras unos capos caen, otros se encumbran, ganan terreno en la sociedad, obtienen amparos, corrompen, crecen, no se le comprueban delitos, como el Licenciado. Aquí la historia.
Culiacán, Sin.-Una libreta Scribe de tapas azules con anotaciones a pluma donde se consignaban nombres, apodos, direcciones de personajes del cártel, una credencial de la Unión Regional Ganadera con su nombre y su fotografía que decía que era miembro activo desde 2007.
Una escuadra calibre .38 Súper con cachas cromadas en dorado e incrustaciones de pedrería que remataba con la figura de un búho insomne y la leyenda en letras mayúsculas: LIC…
El Licenciado ganó la batalla legal, esquivó a las autoridades, logró que un tribunal colegiado ordenara a un juez penal dejar “insubsistente la orden de aprehensión en su contra” que se había librado el 11 de febrero de 2011, por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
¿Por qué? La Procuraduría General de la República no pudo acreditar fehacientemente, según los magistrados, que Dámaso López Núñez se dedicara al narcotráfico, que obtuvo ganancias del tráfico de drogas, que se organizó con otros personajes para llevar a cabo actividades delictivas y que las propiedades y depósitos bancarios que le encontraron a su nombre las obtuvo de forma indebida.
Tampoco, como advierte el documento, del cual La Pared tiene una copia, la PGR fue capaz de acreditar la existencia de la organización conocida como cártel de Sinaloa, liderada por Joaquín “el Chapo” Guzmán, y por lo tanto no logró acreditar que López Núñez fuera un importante lugarteniente del capo de La Tuna, que mañana cumple 365 días de reclusión.
El expediente Dámaso
Fue el 11 de febrero –señala la sentencia de amparo 328/2012, dictada por el Primer Tribunal Colegiado de Mazatlán-, cuando el Juez Primero de Distrito de Procesos Penales Federales libró una orden de aprehensión en contra de López Núñez, al ser vinculado con el aseguramiento de 5 millones de dólares en una casa de seguridad a espaldas del Edificio Central de la UAS, por la calle Teófilo Noris, así como el arresto de cinco personas supuestamente relacionadas con el cártel de Sinaloa.
El documento señala que fue a raíz del decomiso de 5 millones 293 mil dólares así como armas, vehículos, la credencial de la Unión Ganadera y la libreta con nombre y apodos de socios del cártel que comenzaron a seguirle la pista al Licenciado.
De acuerdo con el parte militar, la madrugada del 4 de junio de 2008, un grupo de soldados pertenecientes al 94 Batallón de Infantería de la Novena Zona Militar patrullaban el sector Centro de Culiacán cuando recibieron una llamada de la comandancia, que se dirigieran a un domicilio ubicado a espaldas del Edificio de Rectoría, por la calle Teófilo Noris.
Quien dio la orden se los advirtió: había hombres armados integrantes del cártel de Sinaloa, por lo que la recomendación fue ir con precaución.
El soplo los llevó hasta la casa de seguridad, aproximadamente a las 5:45 horas. Al arribar, narran los militares en el parte, observaron a dos hombres con fusiles de asalto, los cuales al verlos cortaron cartucho y corriendo dentro de la casa.
Los militares ingresaron por el portón de la cochera abierto, pero manifestaron que los armados lograron escapar brincando la barda que da a un estacionamiento.
En el domicilio hallaron dos escuadras, la del LIC, y una .9 milímetros, la libreta, dos camionetas y los 5 millones.
Sin embargo, sería has un año después en la PGR con sus agentes de la SIEDO buscarían una serie de casas vinculadas con la organización sinaloense, y dieron con Sandra Gisel Acosta Quintero, quien a la sazón era la viuda de Julión Beltrán, un prominente narcotraficante asesinado años atrás.
Además de Sandra Gisel fueron arrestados en Las Quintas al ex agente de la Policía Federal, César Tovar Chávez, Vanessa Selene Muñiz Ortiz y a Juan José Olguín Casillas. En la casa que aseguraron localizaron dinero y equipo sofisticado para intervenir llamadas.
A los cuatro se les vinculó con Dámaso López, pues en el domicilio de Las Quintas además de equipo para rastrear llamadas, para fabricar credenciales y escanear documentos, hallaron nuevos indicios de que El Licenciado andaba por ahí delinquiendo.
El Juez Primero de Procesos Penales Federales del Estado de México instruyó la causa penal 88/2009, y los supuestos socios de Dámaso se fueron a la cárcel.
Pero al poco tiempo comenzaron a obtener amparos. Gisel salió en libertad, pues no se le comprobó que las 13 propiedades a su nombre así como 10 vehículos (entre ellos un Cayenne), y otros tantos negocios no se habían adquirido con recursos de procedencia ilícita.
La SIEDO comenzó a fracasar. El ministerio público federal intentó aportar supuestas pruebas de que El Licenciado era responsable de delitos, pues le encontraron tres propiedades a su nombre y una cuenta bancaria que en un lapso de 7 meses había ingresado la cantidad de un millón 237 mil 500 pesos, sin poder comprobar cómo los obtuvo.
Las propiedades documentadas eran una finca en al sindicatura de Eldorado, un predio rústico de 20 hectáreas y una casa en un fraccionamiento de Culiacán. Al momento de la investigación en 2009, su cuenta bancaria nada más tenía 7 mil 7 pesos.
La defensa esquivó las acusaciones. Los depósitos de 7 años equivalen, dijo, a 14 mil pesos mensuales “lo cual, de ninguna manera denota que éste pertenezca a grupo delictivo organizado porque de ser así la adquisición de bienes y de cantidades sería inmensamente mayor”.
Otro medio de defensa del Licenciado fue que sus coacusados nunca lo mencionaron, sino por el contrario, negaron conocer a un tal Dámaso López Núñez.
Se caen las pruebas
En la libreta de tapas azules, señalan los militares en su parte y posterior declaración ministerial se consignan nombres, apodos, de supuestos socios del cártel de Sinaloa. También vienen dos hombres de comandantes (testados en la versión pública obtenida por este portal) y de algunos agentes municipales.
La lista incluía quiénes eran jefes de plaza, dónde se recibía la droga y dónde era vendida, las funciones que realizaban, los contactos colombianos, etcétera.
Por ejemplo, una anotación dice: “Patrulla 361 Comandante” (nombre testado) y tres agentes municipales, y Patrulla 356 comandante (nombre testado).
También señalan apodos de burreros que trasladan droga a través de Altata.
Sin embargo, los magistrados advirtieron que tanto la libreta como la credencial con el nombre de Dámaso no era una prueba fehaciente, sino meramente circunstancial, y ello no lo responsabilizaba de ningún delito.
Sin testimonios en su contra, tampoco la adquisición de las tres propiedades y los depósitos bancarios atinaban a comprobar el llamado cuerpo del delito.
El 23 de octubre de 2012 el tribunal colegiado deja en firme la sentencia dictada por el juez cuarto de Distrito de Culiacán: Dámaso López Núñez, con las pruebas presentadas por la SEIDO, no puede ser responsable de los delitos que se le acusaban.
El 31 de diciembre de ese mismo año el Juez de Toluca canceló la orden de aprehensión, y a los días comenzó la notificación a las agencias de seguridad mexicanas que López Núñez no podría ser detenido bajo la causa penal 88/2009.
Los otros “pendientes”
Sin embargo, en la acusación cancelada, no se menciona los antecedentes de López Núñez, como uno de los involucrados en la conjura para liberar al Chapo Guzmán de la cártel, en 2001.
Hasta el momento se desconoce si por la evasión de Guzmán Loera de Puente Grande El Licenciado tiene algún mandamiento judicial vigente.
Lo que sí que a los días de obtener el amparo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos fichó al oriundo de la sindicatura de Eldorado, y dos meses después, en marzo de 2013, el Departamento de Justicia reveló una acusación formal ante la Corte de Distrito de Virginia.
De ser detenido, el capo de Eldorado tendría que responder ante la justicia gringa, sin embargo, a un año de la caída de su compadre en Mazatlán, El Licenciado sigue operando, manteniendo una red que se fortalece, teniendo junto a él a su hijo, Dámaso López Serrano, conocido como El Mini Lic.
0 comentarios:
Publicar un comentario