La Policía Federal y el Ejército de México permanecen alertas en las calles de Tamaulipas en un intento por frenar que aumente el número de víctimas de las balaceras.
Por su parte, el consulado estadounidense recomendó a sus ciudadanos precaución y mantenerse alerta. Igualmente hizo la iglesia católica ante el temor de los que viven en la zona.
“Siempre estamos pendientes de la situación de seguridad”, expresó David Zimov, cónsul de Estados Unidos en Nuevo Laredo.
“Cuánta gente se ha ido y cuánta gente quisiera irse a raíz de estos acontecimientos”, afirmó Gustavo Rodríguez, obispo de Nuevo Laredo.
Pocos son los que se atreven hablar sobre lo que ocurre. Por lo que la única forma de denunciarlo es a través de las redes sociales con videos que documentan los enfrentamientos armados.
El mayor problema, a raíz de la divulgación de los índices de violencia, es la guerra entre los cárteles de las drogas.
Mientras, el Procurador del Estado ha dicho que a pesar del panorama no existe un alerta para la población, ya que los enfrentamientos se han dado fuera de las ciudades y “son una reacción a los operativos” que han implementado en contra de la delincuencia.
Sin embargo, para quienes viven en ciudades como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo opinan lo contrario. Aseguran que desde que inicio febrero la violencia ha convertido sus vidas en un infierno.
Además, a pesar de la presencia de las fuerzas armadas federales, dicen, el crimen organizado es quien manda.
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