Un tripulante que estuvo junto a Efraín Campo y Franqui Flores antes de su arresto se puso a disposición de los tribunales norteamericanos como testigo protegido y podría aportar información comprometedora sobre los parientes de la primera dama venezolana.
Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, de 29 y 30 años respectivamente, fueron arrestados en Haití en 2015
Un piloto que estuvo presente en el vuelo que terminó en el arresto de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, en noviembre de 2015, se entregó a la justicia de Estados Unidos como testigo, tras ser citado en octubre para testificar ante los tribunales de Nueva York.
Una fuente de la fiscalía consultada por la periodista Maibort Petit confirmó que uno de los tripulantes aceptó ponerse a disposición de las autoridades para aportar su testimonio sobre las presuntas organizaciones criminales de Venezuela. Campo y Flores, sobrinos del mandatario Nicolás Maduro, fueron hallados culpables de conspirar para traficar droga a los Estados Unidos.
En octubre, 18 personas, en su mayoría venezolanas y varios de ellos parientes de los involucrados, fueron citadas por aparecer en mensajes en los dispositivos incautados durante el arresto.
Aunque no se confirmó la identidad del testigo, en el vuelo viajaron también los pilotos Pablo Rafael Urbano Pérez y Pedro Miguel Rodríguez González, el empresario Marco Tulio Uzcátegui Contreras y el guardaespaldas de los sobrinos Jesfran Moreno Sojo.
La defensa de los narcosobrinos fracasó en su intento por anular el juicio, pedido rechazado por el juez Paul Crotty, quien fijó la fecha de sentencia para el 26 de junio próximo.
"Los acusados buscaron sacar ventaja de sus conexiones políticas coordinando un vuelo privado que parecería legítimo y, por ende, sería sujeto a un menor escrutinio, a pesar de la carga ilícita de droga que llevaría", sostuvo el juez Crotty.
Por su parte, los abogados de los acusados, miembros de uno de los mejores bufetes de Manhattan y cuyos gastos han sido solventados por el empresario petrolero chavista Wilmer Ruperti, aseguraron durante el juicio que sus clientes fueron víctimas de una trampa tendida por informantes inescrupulosos y mentirosos de la DEA y que son tan "estúpidos" y "novatos" que cayeron en ella.
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