"Antes sabíamos quiénes eran los malos. Ahora no tenemos ni idea"

El miércoles pasado, Hipólito Mora, fundador de la primera autodefensa en Michoacán, se manifestó en el lugar donde su hijo murió debido a la balacera del día anterior. 

Este acontecimiento es la prueba más reciente de que aún falta mucho para que llegue la paz a este estado tan conflictivo. "Las cosas están peor. No me importa a quién moleste, voy a hablar con la verdad", dijo Mora a los reporteros en el camino ubicado en La Ruana.

Localidad michoacana a 547 km de la Ciudad de México, donde murieron 11 personas el martes pasado durante una balacera entre su grupo de autodefensa y otro grupo rival proveniente de una localidad vecina. El hijo de Mora está entre las 11 víctimas.


"Soy un estorbo para las personas a las que sólo les interesa el dinero y el poder", añadió.

La balacera es el enfrentamiento más reciente entre los hombres que siguen a Mora, agricultor dedicado al cultivo de limón, y los que siguen a Luis Antonio Torres, alias El Americano, líder de otra fuerza de autodefensa en la localidad de Buenavista, a tal sólo 17 km.

Manuel Mora, hijo de Hipólito, es una de las 11 víctimas. Fue sepultado el dia jueves.

En respuesta, se enviaron fuerzas militares y federales a La Ruana. Mientras tanto, las autoridades estatales señalaron que persiguen a 50 personas —incluyendo a Hipólito Mora— implicadas en la balacera.

Mora dijo que llegaron 70 camionetas llenas de hombres dispuestos a atacar a su equipo, el cual cuenta con sólo 40 integrantes. Los miembros del grupo de Torres aseguraron a los reporteros que habían llegado en grupos más pequeños, con "garrotes" en lugar de armas de fuego, y que fueron los hombres de Mora y los de La Gendarmería, una nueva división de la policía, los que iniciaron el ataque.

"Lo odio más a que a cualquier otra persona en este mundo", dijo Mora refiriéndose a Torres.

Michoacán acaparó los encabezados internacionales a principios de 2013 cuando, tanto hombres como mujeres, se levantaron en armas y declararon que limpiarían la región, conocida como Tierra Caliente, del cártel de los Caballeros Templarios. Se acusaba al cártel de numerosos delitos, desde violaciones hasta extorsiones para quedarse con una parte de las ganancias por el servicio de baños públicos.

Hipólito Mora, líder del grupo de autodefensa, habla con la prensa cerca del sitio donde ocurrió la balacera que resultó en la muerte de 11 personas, incluyendo a su hijo. (Foto por David Agren)

Casi un año después de que las autodefensas comenzaran a enfrentarse a los Caballeros Templarios, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto optó por enviar un comisionado especial encargado de regresar la paz al estado.

Para este puesto, Peña escogió a Alfredo Castillo, un socio cercano al presidente desde la época en que era gobernador. Los analistas califican a Castillo como gobernador de facto y los críticos lo llaman "virrey" —haciendo referencia a la época virreinal mexicana.

La violencia que estalló en Michoacán esta semana representa otra crisis para la ya acosada administración de Peña Nieto y su intento por encubrir la violencia y la inseguridad en muchas regiones del país atraer inversiones internacionales. El presidente casi nunca tocó el tema la inseguridad pública hasta el secuestro y probable asesinato de 43 estudiantes en el estado de Guerrero en el mes de septiembre.

'Nuestro objetivo es erradicar a los Templarios pero no nos dejan'.

Algunos observadores creen que la situación en Michoacán es el producto de un gobierno que trata de controlar la percepción en lugar de realmente frenar el crimen. Ahora se acusa a los grupos de autodefensa —regularizados a principios de año en un intento por mantenerlos bajo control— de haber cometido los mismos delitos del cártel que expulsaron de muchas comunidades. Los grupos rivales se atacan unos a otros en la prensa de forma cotidiana.

Mora —quien portaba un rifle de asalto y dos pistolas durante su reunión con la prensa— dijo que las autoridades federales armaron "criminales famosos en Michoacán" cuando organizaron las nuevas Fuerzas Rurales. Otros insisten en que ningún bando es bueno ya que el crimen organizado está tan arraigado en ciertas partes de Michoacán que es inevitable ver a las personas equivocadas unirse a los grupos de autodefensa.

"El problema es que, al regularizar a los que participaron en una revuelta, no sólo regularizas al empresario que se levantó para defender a su familia y a su negocio sino que también regularizas al bastardo que solía vender kilos de cocaína", dijo Miguel Ángel Sánchez, director del Quadratín, una agencia michoacana de información.

"Están tratando de fingir que todo está bien", añadió Sánchez.

Tropas mexicanas se trasladan a La Ruana después de la balacera. (Foto por David Agren).

La inconformidad con el gobierno llegó a su límite el fin de semana cuando algunos miembros de la "Fuerza Rural" devolvieron sus insignias, bloquearon carreteras y quemaron sus uniformes azules. Las autodefensas del municipio de Tepalcatepec anunciaron que reanudarían su patrullajes aunque el gobierno amenazo con encarcelar a cualquier persona que portara armas ilegales.

La Fuerza Rural dijo que quería enfrentarse a un nuevo grupo de crimen organizado llamado "Los Viagras" (sí, como las pastillas). También publicó en Facebook que "el gobierno ha estado protegiendo" a este grupo. Sin embargo, no se sabe mucho sobre el grupo en la región y el gobierno no lo ha reconocido.

"Les pagan. Las autoridades tienen que hacer su trabajo", dijo Mora sobre el gobierno y sus organismos de seguridad. "Si ellos no lo hacen, lo haremos nosotros".

Ivo Esquivel, miembro del grupo de autodefensa en Buenavista, dijo que se siente frustrado por su experiencia en la Fuerza Rural, en especial porque su grupo no sólo vigila su propia región sino que busca erradicar a Servando Gómez Martínez, líder de los Caballeros Templarios, también conocido como La Tuta.

También dijo que se unió al grupo de autodefensa de Buenavista después de que asesinaron a su tío en septiembre de 2013 y de que no pudo continuar sus estudios de multimedia en una universidad de Morelia.

'Nuestro objetivo es erradicar a los Templarios pero no nos dejan', dijo Ivo para VICE News en la plaza central de La Ruana.

La población no sabe en quien confiar, dijo el padre Patricio Madrigal, párroco en la ciudad de Nueva Italia, Michoacán. También señaló que cada vez hay más secuestros y extorsiones en el estado, otra vez.

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