El Cártel de Caro Quintero, CJNG, Zetas y 10 más operan en Jalisco

Son 13 organizaciones criminales en total las que operan en Jalisco, generadoras, en gran medida, de la violencia que tiene su mejor rostro en los homicidios con características de “ejecución”.

Un informe de la Fiscalía General del Estado, obtenido por Transparencia, describe que seis de esos 13 grupos del crimen organizado han cometido el 98 por ciento de los asesinatos, son los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Resistencia, La Corona, del Milenio, Los Zetas y Los Aliados, en ese orden.

Hay otros siete que complementan ese tablero de la violencia en el estado, de acuerdo con la FGE. El documento oficial analiza la autoría de 426 homicidios del crimen organizado en el periodo comprendido entre 2007 y agosto de 2014, los cuales suelen enmarcarse en la pugna por las rutas de trasiego de la droga y zonas de mercado.


Ese 2 por ciento restante de “ejecuciones” (ocho en total) es vinculado a los cárteles de Caro Quintero, La Familia Michoacana, del Golfo, de Sinaloa, Los Caballeros Templarios y dos poco conocidos: Los Michoacanos de las Palmas Jalisco y el Grupo Justo Comparan.


La FGE atribuyó un par de homicidios al “Cártel de Caro Quintero”: uno en el 2007 y otro en pleno 2014 (en el informe se clasificó como “Cártel de los Quintero”). Y a cada uno de los otros grupos les imputó una “ejecución”.

Es relevante que una parte de los homicidios, por más mínima que sea, haya sido relacionada por la Fiscalía con el “Cártel de Caro Quintero”, una organización que se supone está desactivada en el estado.

Alianzas generan violencia

El 9 de agosto de 2013 fue liberado por una orden judicial Rafael Caro Quintero, quien fue uno de los tres líderes máximos del Cártel de Guadalajara, y cuya cúpula entera residía y comandaba desde la capital de Jalisco. 

El mismo día en que Caro Quintero dejó el penal de Puente Grande –estuvo recluido 28 años por narcotráfico y acusado del homicidio del agente de Estados Unidos, Enrique Camarena–, reporteros le preguntaron al gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, si advertía un reacomodo de los grupos delictivos locales.

“Estaremos atentos. Actuando de acuerdo a nuestras facultades y atribuciones, manteniendo el orden, la vigilancia y con mucha información atendiendo cualquier situación relevante”, dijo el mandatario.

En su informe la FGE hace evidente que las organizaciones criminales surgidas en Michoacán, La Familia y Los Caballeros Templarios, no han sido actores de peso en la generación de violencia en Jalisco, al menos no directamente. A la primera se le adjudicó una “ejecución” en 2009, a la segunda otra en 2013. 

Las alianzas han sido importantes para los cárteles en Jalisco: La Resistencia, el segundo grupo más violento según la FGE, se vinculó primero con La Familia, luego con Los Zetas. 

Algo similar sucede con el cártel de Sinaloa o del Pacífico, que lideraba Joaquín “El Chapo” Guzmán –hoy preso-, pues aunque le fue registrado un solo homicidio, fue emparentado con el CJNG (se llegó a considerar su brazo armado), el cual se fortaleció hasta concentrar el 57 por ciento de todas estas “ejecuciones”, apunta la FGE. 

De los que prácticamente no hay antecedente público a rastrear es de Los Michoacanos de las Palmas Jalisco y el Grupo Justo Comparan. Del primero, la FGE dice que es responsable de un homicidio en 2010, y del segundo, de otro en 2008.

En la cúspide de la violencia están el CJNG con el 57 por ciento de las “ejecuciones” (243); La Resistencia, con el 15 por ciento (63); La Corona, con el 12 por ciento (53); Milenio –incluye alianza con Los Zetas–, con el 11 por ciento (49); y Los Zetas y Los Aliados, cada uno con cinco “ejecuciones”, lo que representa el 1 por ciento.

Caballeros y armas

Si bien el grupo de los Caballeros Templarios solamente fue vinculado a un homicidio en Jalisco por la FGE en 2013, eso no significa que su presencia en el estado no sea representativa.

El 7 de octubre pasado la Fiscalía anunció la detección de un par de fincas en Guadalajara, en las colonias Vicente Guerrero y La Loma, que eran usadas para fabricar armas largas (rifles R-15), las cuales eran ensambladas por el crimen organizado y vendidas a grupos delictivos.

Según se señalaría luego, la operación de esos puntos estaría a cargo precisamente de los Caballeros Templarios. 

“Creemos que pudiera haber capacidad, dependiendo del material que recibieran ellos del exterior, pero se nos decía que inclusive ya habían sacado una producción de aproximadamente 100 armas”, dijo el fiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco. 

“Sabemos que este grupo se dedica a mandar armas a Michoacán, pero también creemos que esté vendiéndole armas al cártel local, al CJNG, por lo que consideramos que es un golpe fuerte a la delincuencia organizada”. 

La PGR se desmarcaría, no obstante, de calificar el hecho como único en el país, como lo había presumido el fiscal estatal:

“Según lo dicho por la propia Agencia de Tabaco y Armas de Fuego norteamericana, es la primera empresa o industria que es decomisada o asegurada en el país que se dedicara a terminar de armar ese tipo de rifles que tanto daño hacen a la sociedad”. 

La instancia responsable del sistema estadístico de la PGR, la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional, dice que sus registros no permiten conocer, con certeza, si existen otros antecedentes similares en el país, por lo tanto, tampoco confirma su unicidad.

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