Dinastía Treviño Morales en Los Zetas termina con detención de “El Z-42″

La dinastía de los hermanos Treviño Morales, quienes lideraron a Los Zetas, terminó. Con la captura de Omar Treviño Morales, alias El Z-42, queda un vacío en la cabeza de la organización criminal considerada la más violenta de los últimos años en México.

Su hermano Miguel Ángel, El Z-40, había sido capturado por las Fuerzas Especiales de la Marina el 15 de julio de 2013 cuando viajaba en una camioneta con un escolta y un hombre identificado como el contador de Los Zetas, en los límites de los estados de Nuevo León y Tamaulipas.

El Z-40 había tomado el mando del grupo armado tras la muerte de otro fundador de la organización, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o Z-3, quien cayó abatido por elementos de la Marina en 2012. Con la experiencia de Lazcano, quien perteneció al Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Especiales (GAFE).

Dedicado al combate al narcotráfico, presuntamente entrenó a ex militares para fundar Los Zetas, brazo armado del Cártel del Golfo encabezado por Osiel Cárdenas Guillén.

Entre sus principales objetivos debían combatir a sus enemigos del Cártel del Pacífico, dirigido en aquellos días por Joaquín El Chapo Guzmán Loera e Ismael El Mayo Zambada, identificado por la DEA como el principal cártel de la droga.

El Z-3 perteneció a la Policía Federal (PF), asignado en Tamaulipas, y trabajó para Arturo Guzmán Decena, el Z-1, primer jefe de la organización criminal que también estuvo en las GAFE.

Al grupo de Los Zetas, que se dice fue fundado en 1999 con 14 personas, se le atribuyen nuevas actividades delictivas por parte de narcotraficantes: extorsión, secuestro, robo y tráfico de personas.

En 2010 se separaron del Cártel del Golfo e inició una época sangrienta por el tráfico y control de rutas de la droga hacia Estados Unidos.

A Los Zetas se les atribuye el reclutamiento y secuestro de migrantes. En agosto de 2010 se acusó a Los Zetas del asesinato de 72 migrantes de Centro y Sudamérica, en el municipio de San Fernando, Tamaulipas.

Aunque los líderes criminales han sido detenidos o murieron, la organización delictiva siguió operando.