A pesar de los persistentes intentos por parte del Cártel de Sinaloa para expulsar al grupo de Fausto Isidro Meza Flores, alias El Chapo Isidro; este capo de la droga ha conservado su influencia sobre gran parte del norte de Sinaloa y, mientras no caiga en la cárcel, se perfila como reemplazo potencial del jefe de tráfico más prominente de la región, refiere un análisis de la Fundación InSight Crime.

En enero del 2013, la organización de El Chapo Isidro cobró mayor relevancia, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a su célula de drogas bajo la llamada ley de cabecillas, ello dio al gobierno más poder para embargar bienes que le pertenezcan. La administración estadounidense lo acusó de traficar heroína, cocaína y marihuana hacia el país vecino del norte y también nombró a unas empresas utilizadas como fachadas por los Mazatlecos.
El autor argumenta que en la era pos-Chapo Guzmán, el grupo de Meza Flores presenta ventajas sustanciales frente a sus adversarios. En principio, por motivos territoriales: su base, en el norte de Sinaloa, se extiende desde Guasave hasta el Triángulo dorado, región montañosa donde se produce gran parte de la cosecha de marihuana del país, y que también limita con Chihuahua.
Asimismo, Corcoran destaca que El Chapo Isidro es más joven que sus rivales del Cártel de Sinaloa, cuyo actual líder, Ismael Zambada, tiene alrededor de 60 años. “Meza Flores ha tenido la buena fortuna de haber surgido en un período en el que el liderazgo del Cártel de Sinaloa se ha visto devastado. Como resultado, el contrapeso más potente y obvio para su grupo podría ser inestable”.
El fortalecimiento de este narco depende de que permanezca fuera de prisión. Sin embargo, tanto el gobierno de México como el de EU ya lo tienen en la mira: un mal pronóstico para la supervivencia de esta figura. El analista destaca que, a diferencia de Guzmán Loera, Meza Flores no tiene una extensa red en la cual apoyarse para ir un paso adelante de la policía.
A pesar de ello, no existe una voz fuerte por parte de la opinión pública para detenerlo, por lo que es probable que eventualmente el interés del gobierno decaiga. “Y, como se vio en la larga búsqueda del Chapo Guzmán, declarar la prioridad de un objetivo es un asunto muy diferente a en realidad ponerlo bajo custodia”, concluye el estudio.
El Chapito” Isidro es un producto perfecto de la fábrica de leyendas que son estas carreteras. Su vida es la suma de circunstancias que siempre dan como resultado lo real, pero también lo inverosímil. Se escabulle y nadie lo ve, mientras deja tras de sí un halo de pólvora y terror. El 6 de abril del 2014, en plena Semana Santa, un enfrentamiento entre sicarios y elementos del Grupo Élite de la Policía Ministerial del Estado de Sinaloa fue adjudica a su presencia. Que deseaba ir al mar, dijo un policía ministerial. En medio del fuego cruzado quedaron cientos de bañistas. Él huyó por vía marítima rumbo a Los Cabos.
El 20 de enero de 2013, un periódico nacional fincado en Nuevo León, reprodujo fotos de la madre y esposa de Isidro Meza Flores en un partido de basquetbol en el Colegio Alfonsino de San Pedro Garza García en el cual, dos de sus hijas estudian. Las niñas no volvieron a clases en esa institución.
La madrugada del 13 de octubre hubo otro subterfugio. “El Chapito” fue a la fiesta de un día después de la unión matrimonial de una de sus hermanas en Santa María del oro, Nayarit. Tocó la banda y también estaba ahí Remigio Alejandro Valenzuela Buelna, “Remmy” Valenzuela. A la fiesta llegaron elementos de la Marina en vehículos terrestres y helicópteros .
En 1997, todavía era adolescente y el gobierno federal de Ernesto Zedillo Ponce de León informó que Carrillo Fuentes había muerto mientras le hacían una cirugía plástica. El “Chapito” Isidro tomó sus decisiones y se incorporó al Cártel de los hermanos Beltrán Leyva y en consecuencia, al de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” Guzmán. Seguía un mero desbocamiento de “plebe loco”, gustoso de la adrenalina, impactado más por la aventura implícita en la huida, que por el dinero.
“Es como si al niño bonito que se bañaba vicholo (sin ropa) en el río, aquí en Bamoa, lo hubieran matado”, dice una antigua habitante de Bamoa Pueblo, la ranchería donde nació Fausto Isidro del matrimonio de Isidro Meza Angulo y Angelina Flores Apodaca.
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