Ciudad de México,Carmen Aristegui, una de las voces más conocidas de la radio mexicana, fue despedida la noche del domingo de la emisora MVS.
La disolución del contrato con la periodista y el equipo que destapó el escándalo inmobiliario de la esposa del presidente culminó una enconada crisis que la audiencia ha podido seguir en directo y que ha deparado algunas escenas inéditas.
“Vamos a dar con nuestros abogados la batalla por la libertad de expresión, esto ha sido planeado con anticipación”, afirmó una desafiante Aristegui esta mañana frente a la sede de la radio al reunirse con su defenestrado equipo. La emisora, ya con nuevo presentador, volvió a emitir las cuñas en las que justifica su pérdida de confianza en la popular presentadora.
El detonante del enfrentamiento fue la asociación del programa de Aristegui con Mexicoleaks, una recién nacida plataforma digital de denuncia ciudadana. Al día siguiente de que la periodista anunciase su acuerdo con el nuevo portal, la empresa se desvinculó a través de durísimas cuñas radiofónicas emitidas en el propio matinal de la afectada.
MVS sostenía que se había hecho “uso de la marca sin autorización expresa”, al tiempo que advertía: “Tomaremos las medidas pertinentes y necesarias a fin de que los recursos humanos y tecnológicos, financieros y materiales no sean utilizados para fines distintos a los que fueron creados y sirvan a intereses particulares que nada tienen que ver con el periodismo”.
Pese a esta desautorización, la periodista defendió en los micrófonos de su espacio su independencia y su intención de seguir con su proyecto periodístico. La empresa dio otra vuelta de tuerca y en los principales medios del país explicó a página entera su postura. Luego despidió a Daniel Lizárraga e Irving Huerta, dos periodistas de la unidad de investigaciones especiales que sacó a la luz en noviembre pasado el escándalo presidencial. Y por último, hizo públicas unas directrices de control de la información que aumentaban la supervisión sobre el trabajo de Aristegui y diluían su capacidad de maniobra.
La periodista, cuyo matinal tiene una amplia audiencia y se caracteriza por sus críticas al Gobierno, no dio su brazo a torcer. Mantuvo su programa y el viernes, apoyada por una fuerte ola de solidaridad en las redes, exigió públicamente la readmisión de los dos despedidos como condición indispensable para llegar a un acuerdo. “Un tema de dimensión equis se magnificó y se utilizó para una campaña desmedida, inédita y desproporcionada. MVS, por razones que sólo MVS sabe, recurrió a la estridencia mediática y a crear un clima de ruptura. Nosotros optamos por mantenernos al aire. En lugar de despedir a dos periodistas, deberíamos premiarlos. Son dos periodistas fundamentales que han dado a nuestros radioescuchas un trabajo de primer nivel, valiente, responsable, que debería ser reconocido y no castigado”, afirmó en antena Aristegui.
La intervención in extremis del ombudsman de MVS Radio, una figura independiente encarnada por el académico Gabriel Sosa Plata, no sirvió para restablecer el equilibrio. Anoche, la emisora hizo público un comunicado en el que daba “por terminada la relación de trabajo con Aristegui”. El motivo alegado era que la periodista había exigido la readmisión de sus compañeros. “Es pertinente recordar que estos dos colaboradores fueron separados de sus cargos por haber comprometido el nombre de MVS, sin contar con facultades para ello y sin haberlo consultado previamente con la administración de la empresa. Lamentamos la posición de la conductora, pero como empresa no podemos aceptar condicionamientos y ultimatos de nuestros colaboradores. El diálogo, no se atiende imponiendo condiciones, sino escuchando a las partes y tratando de alcanzar acuerdos”, señala en su comunicado MVS.
Críticas al despido
El despido desencadenó innumerables críticas en redes sociales. El propio ombudsman, vía Twitter, se sumó a las lamentaciones. “Las condiciones impuestas a la periodista eran simplemente inaceptables por dignidad profesional y por cambio unilateral a su contrato. Con la salida de Carmen Aristegui y su equipo todos perdemos: audiencia, la libertad de expresión, el derecho a la información, MVS y la familia Vargas. Los periodistas en México se encuentran en una vulnerabilidad enorme, al igual que los derechos de las audiencias. Este caso es ejemplo”, afirmó Sosa Plata. La politóloga Denise Dresser, una colaboradora habitual del matinal, anunció anoche que abandonaba el programa.
Este no es el primer pulso que mantiene Aristegui con MVS. En 2011 llegó a ser despedida por debatir públicamente si el presidente Felipe Calderón era alcohólico. La empresa consideró que había trasgredido el código ético de la emisora al difundir rumores, y decidió despedirla. Finalmente se llegó a una conciliación y Aristegui regresó a la antena.
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