Después de la captura de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, el 15 de julio de 2013, su hermano Omar, El Z-42, se encumbró como líder máximo del cártel de Los Zetas.
El Z-40 había tomado el control total del emporio de la droga, tras la muerte de Heriberto Lazcano, El Lazca, abatido el 7 de diciembre de 2012. Siete meses después Omar, Alejandro o El Z-42, ya era el líder máximo del cártel del narcotráfico.
Incluso, el gobierno mexicano le puso un precio de 30 millones de pesos a su cabeza y el de Estados Unidos cinco millones de dólares. El gobierno federal lo consideraba un criminal “extremadamente violento que operaba en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Piedras Negras en Coahuila, y Anáhuac, Nuevo León.
Un amplio informe elaborado en 2012 por el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la PGR, señala que luego de sufrir duros embates durante los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón, Los Zetas adquirieron la capacidad de adaptarse, sobrevivir y expandirse. (Proceso 1916)
De acuerdo con el organigrama realizado ese año por el Cenapi, Omar, quien nació el 6 de junio de 1976, estaba a la par en rango que su hermano Miguel Ángel antes de la muerte de El Lazca.
Según las autoridades estadunidenses, El Z-42 formó con su esposa una empresa para “limpiar” ingresos procedentes de sus actividades criminales.
Además, tiene dos expedientes criminales abiertos en su contra en Estados Unidos en 2008 y 2012, donde se le atribuyen las operaciones para introducir droga y dinero ilícito a esa nación.
A mediados del año pasado agencias de inteligencia de Estados Unidos ya avizoraban una “limpia” de narcos pertenecientes a Los Zetas en Tamaulipas, pero no gracias a la estrategia anunciada por el gobierno sino a una lucha territorial entre narcos tolerada por el gobierno (Proceso 1962).
Según esas agencias, el Cártel del Golfo, con el apoyo del Cártel de Sinaloa, estaba “limpiando” la entidad de Los Zetas, a quienes culpaban de aterrorizar a la población con extorsiones y secuestros; conscientes de esto, la Marina y el Ejército permitieron enfrentamientos entre esos grupos delictivos.
A El Z-42 las agencias de inteligencia ya lo percibían “diezmado y acorralado”, y sabían que permanecía oculto en Nuevo Laredo ante la cacería que desató el Cártel del Golfo.
Esa organización, señalaban los reportes, estaba buscando a El Z-42 “minuciosamente” en las casas de seguridad de Los Zetas en Nuevo Laredo.
Durante los últimos meses vivió en una casa comprada el año pasado por un millón de dólares en la calle Paseo de Coyatina número 514, colonia Fuentes del Valle. Los vecinos sólo sabían que ahí vivía una familia que evitaba el contacto con los demás y que no convivía con otros residentes.
Según los informes de agencias estadunidenses, la cacería de zetas por el Cártel del Golfo y el de Sinaloa asentaba como primer objetivo limpiar a Tamaulipas, pero adelantaba que el ejercicio se extendería a otras entidades como Veracruz, Estado de México, Nayarit, Coahuila, Querétaro y Jalisco, donde Los Zetas tienen presencia.
El Z-42 pertenece a una extensa familia de Nuevo Laredo, Tamaulipas, integrada por 13 hermanos, de los cuales por lo menos seis han estado involucrados en el narcotráfico en los últimos 17 años.
Ello son: Juan Francisco alias Kiko Ozuna (1955), Arcelia, Chelo (1957), Irma (1959), Alicia (1961), Rodolfo (1963), María Guadalupe (1964), José (1966), Ana Isabel (1968), Jesús (1970), Miguel Ángel (1973), Óscar Omar, Alejandro o El 42 (1976), Cristina (1978) y Adolfo (1980). Sus padres son Rodolfo Treviño y María Arcelia Morales.
De acuerdo con información de agencias gubernamentales de inteligencia, tanto mexicanas como estadunidenses, hasta 2007 María Arcelia Morales estaba viva; ahora tendría 76 años. Residía en Nuevo Laredo, contaba con pasaporte para visitar de forma legal a algunos de sus hijos y nietos que viven en Estados Unidos y tenía a su nombre una camioneta Lincoln Navigator.
La historia de los Treviño en el crimen se inició hace más de 20 años, con Juan Francisco, Kiko Ozuna, el primogénito de la pareja Treviño Morales.
El 29 de diciembre de 1993, en una revisión que el servicio de aduanas de Estados Unidos realizó al azar, el vehículo de Juan Francisco fue detenido y él negó en dos ocasiones que llevara más de 10 mil dólares en efectivo. Al buscar en el auto se encontraron 47 mil 984 dólares, que le fueron confiscados.
Ese año la DEA y la Patrulla Fronteriza habían emprendido una investigación sobre tráfico de toneladas de mariguana de Nuevo Laredo a Texas, pero sólo tenían algunas piezas del rompecabezas.
Luego de dos años de investigaciones, el 1 de diciembre de 1995, Kiko Ozuna fue condenado a 22 años de prisión, que se cumplen en 2017, cuando él tenga 62 años. Fue recluido en un centro penitenciario cercano a Laredo y, de acuerdo con la sentencia, al salir tendrá una libertad supervisada durante cinco años “en condiciones normales y con cuatro condiciones adicionales”.
Los primeros rastros de la carrera criminal de Miguel Ángel Treviño Morales El Z-40, antecesor de El Z-42 datan del año 2000. En esa época era el encargado de la venta de droga al menudeo en la colonia Hidalgo, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, además de llevar a cabo acciones de secuestro, desapariciones y ejecuciones de las personas que no pagaban su rescate.
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