Pero lo que no publican (bueno no lo he visto) es algo como lo que realizó un caricaturista de La Jornada, “el Fisgón”, con las implicaciones de la CIA, ¿cómo está eso que Calderón combate al narco con apoyo de USA cuando una de las principales agencias de ese país controla el tráfico de drogas en México y el Mundo y patrocina o apoya a los cárteles?:
En mi ultimo viaje a México tuve la oportunidad de visitar en el edificio de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Museo de Enervantes y sus diez salas, completas con artefactos y extraños objetos, donde muestran la historia del narcotráfico y las batallas perdidas del Estado mexicano contra las drogas.
Aquí está la historia del origen y consumo de la droga en México. Cómo llegó y quién la trajo al país. Se cuenta la batalla contra los narcotraficantes, cómo viven, su “narcocultura” y su poder. Aquí se encuentran los artefactos más ostentosos de los capos. El celular cubierto con oro e incrustaciones de diamante que fue decomisado a Daniel Pérez Rojas, “El Cachetes”, el 20 de junio de 2007 en Tamaulipas. Su valor: diez mil dólares.
Unos lentes Christian Dior, edición exclusiva para Benjamín Arellano Félix. Fueron decomisados en Puebla, el 9 de mayo de 2002.
La Pistola calibre 38 super con cacha de oro, 389 circonias y 22 esmeraldas con las iniciales de Amado Carrillo Fuentes. El arma fue asegurada en 1993 a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, en Guatemala.
La pieza más reciente es de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, con una figura de Emiliano Zapata y la leyenda: “Más vale morir de pie que vivir de rodillas”, frase célebre atribuida a Dolores Ibárruri en los albores de la guerra civil española.
También se exponen las formas más inverosímiles del modus operandi del crimen organizado, como el caso de la mujer colombiana que introdujo en sus glúteos cuatro kilos de heroína: dos en cada uno.
Aquí la máquina del tiempo siempre está encendida, pues la historia no es sólo la del narcotráfico moderno, sino la de la historia de los enervantes.
Muestra las pipas y recipientes que usaban los egipcios, chinos, griegos, hindús y aztecas para consumir el opio.
Luego regresa al siglo 21: Repasa los efectos de los enervantes en la salud; el poder de la “narcovida”; su estructura financiera y operativa extendida a lo ancho del país.
Todo lo encierran diez salas del Museo de Enervantes, conocido como el “narcomuseo”.
No es un lugar público, pues su acceso está limitado a militares que cursan el último grado de estudios en el Colegio Militar, para conocer la operación del narcotráfico. También acceden, “por invitación”, representantes militares, o de otras partes del mundo y la entrada a medios de comunicación es sólo con trámite previo ante autoridades militares.
Las autoridades militares aclaran: ” No es un monumento al narco, es un recorrido a una mundo especial a través de sus símbolos y objetos de diferenciación cultural que se encuentra en guerra abierta contra las instituciones democráticas del Estado mexicano y cualquier otro Estado que se oponga a su expansión y consolidación”.
Secret Museum Chronicles Mexico’s War on Drugs
“El objetivo del museo es totalmente didáctico. Que el personal de los planteles militares obtenga las experiencias necesarias para poder desenvolverse en las operaciones que realizamos afuera una vez graduados. Que las personas conozcan los diferentes tipos de drogas, el proceso que se lleva y los lugares de ocultamiento”, explica el capitán de Infantería Edgar Vargas Zúñiga, instructor del Museo.
Ubicado en el séptimo piso del edificio principal de la SEDENA en la Ciudad de México, la exposición está dedicada a la participación del Ejército en el combate al narcotráfico desde 1976.
En esa fecha, la milicia mexicana inició sus operaciones en el llamado “Triángulo Dorado” que une a los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa.
El museo fue abierto en 1985 por las autoridades militares. A 23 años de distancia, recobra mayor relevancia por las batallas que el Gobierno Federal enfrenta contra el crimen organizado.
La primera sala narra el origen del consumo de las drogas, con un recorrido desde el consumo del opio y el cáñamo en diversas culturas.
Resalta el hecho de que Afganistán es el primer productor de goma de opio en el mundo. El surtidor de amapola a los mercados de Europa y Asia. En América, México ocupa el primer lugar de producción en amapola.
De acuerdo a los archivos históricos del “narcomuseo”, fueron los chinos quienes trajeron la amapola a México en 1920. Después su cultivo se extiende por toda la costa del Pacífico.
En esta misma sala se encuentran diferentes recipientes para consumir y guardar el opio, provenientes de las culturas egipcia, hindú, china y griega. Se habla también de las 144 variedades de marihuana en el mundo.
La exposición presenta un muestrario con diez diferentes drogas de mayor consumo en el mundo: Anfetaminas, marihuana, cocaína, heroína, peyote, cristal, goma de opio en pasta o cristalizada y crack.
En la sección se incluyen fotografías de México en 1920 en donde se vendía el clorhidrato de las cocaínas en las farmacias y en los mercados el peyote y hongos alucinógenos.
Posteriormente toca el turno al área de la situación nacional e internacional de la batalla contra las drogas. Aquí se cuenta cómo fue que surgió el “Triángulo Dorado” entre Sinaloa, Chihuahua y Durango para plantar enervantes.
Video que habla de como la CIA tiene mucho que ver con las operaciones del narcotráfico y cómo no si es uno de los negocios más rentables junto con el petróleo:
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