Así es el miedo de los gringos al Compadre del "El Chapo"


Compadres quién sabe por qué, si por el ritual tradicional católico o por la simple amistad de años que los une, Ismael “El Mayo” Zambada pudo haber realizado un acuerdo con Joaquín Archivaldo Guzmán Loera ahora que se encuentra bajo proceso en los Estados Unidos, un acuerdo que se deja entrever en la moción que presentó uno de los fiscales, ante el temor fundado –según el documento- que la organización sinaloense a cargo de Zambada elimine a testigos que declararán en el caso contra “El Chapo”. 


Cierto o no, el capo de la sindicatura de El Salado tiene a dos de sus hijos bajo la protección de la justicia gringa y un tercero con una orden de extradición en puerta. En este escenario, sería El Vicentillo quien podría estar frente a Guzmán, uno como testigo y el otro como acusado en el banquillo. ¿De nueva cuenta el Mayo podría ser quien ayude al Chapo?

Desde que se convirtió en testigo colaborador del gobierno estadounidense, los fiscales siempre mencionaron que Vicente Zambada Niebla sería junto con los hermanos mellizos Pedro y Margarito Flores de los testigos estelares en el juicio que eventualmente tendrá Joaquín “El Chapo” Guzmán en la Corte Federal de Nueva York.

Como testigo colaborador, Zambada Niebla y los hermanos Flores tienen el compromiso de informar a las autoridades norteamericanas sobre el resto de los socios de la organización criminal a la que pertenecieron, así como dar detalles sobre los movimientos y concreción de negocios en específico. El gobierno gringo cuenta con grabaciones en donde tanto el Chapo, como el Mayo y El Vicentillo hablaban con uno de los hermanos Flores sobre compraventa de drogas y armas.

El Departamento de Justicia trata de demostrar la responsabilidad de Guzmán en 17 cargos principales, que incluye conspiración para introducir narcóticos, lavado de dinero y violencia criminal.

Pero no solo el primogénito del “Mayo” se encuentra entre quienes pueden rendir testimonio, también se ha asegurado que existe una larga lista de excolaboradores que incluyen a sicarios, operadores y asociados en la red de distribución del cártel de Sinaloa, tanto del lado mexicano, americano y sudamericano, y quienes forman parte de las personas dispuestas a revelar los testimonios que podrían hundir al capo sinaloense extraditado.

De acuerdo con VICE News, en su publicación digital del lunes 13 de marzo pasado, para evitar que la organización, que ahora dirige Ismael Zambada –al menos convertido en el capo de mayor peso-, elimine a testigos o a sus familiares que todavía se encuentran en México, el fiscal que recientemente fue relevado en el cargo en la Fiscalía para el Distrito Este de Nueva York pidió al juez protección para ellos, no solo de manera física sino también mantener a salvo su identidad.

En la moción de nueve páginas el Fiscal de Distrito Robert L. Capers, solicitó al Juez Federal Brian M. Cogan —que lleva el proceso judicial del capo— que emita una orden de protección para aquellos que atestiguarán durante el juicio; es decir que no se revelen públicamente sus identidades.

El documento firmado por Capers advierte que aunque Guzmán se encuentre recluido en una cárcel de máxima seguridad de Nueva York, Zambada García en libertad pudiera actuar contra las personas que cooperarán en el juicio.

“Utiliza sicarios o asesinos a sueldo para realizar asesinatos secuestros y actos de tortura (Guzmán). También utiliza su puesto de poder para silenciar a posibles testigos y actuar en contra de cualquier persona que haya proporcionado información que pueda ser utilizada en su contra", explicó Robert L. Capers.

No se sabe si este temor de los Fiscales sea cierto, o si los mismos testigos para decidirse a cooperar aportando sus declaraciones solicitaron la protección de sus nombres y la de sus familiares.

Ya en otro caso polémico el Departamento de Justicia pidió el anonimato para los testigos cooperantes; fue durante el proceso en contra de Alfredo Beltrán Leyva, quien ya se declaró culpable y está a la espera de sentencia, que se solicitó protección física y de identidad de las personas que rendirían declaración.

Bajo el mismo argumento, pero sin señalar a ningún capo en libertad, uno de los fiscales del caso aseguró que los testigos formaban parte de la organización Beltrán Leyva, y que muchos de sus familiares todavía se encontraban en territorio mexicano, temerosos de que existieran represalias. En ese sentido, la defensa legal de “El Mochomo” peleó para que no se ocultara la identidad de los testigos, mediante el alegato de que todo acusado tiene derecho a saber quién y de qué lo señala.

Al final, en este caso, la Fiscalía y los abogados negociaron para que Beltrán Leyva se declarara culpable de los cargos mínimos a cambio de colaborar con información sensible

El capo del bajo perfil

Es la primera vez que Zambada García es mencionado en un juicio judicial de semejante envergadura, ya que incluso dentro del caso de su hijo El Vicentillo poco se supo de su organización.

Sin embargo, los Zambada es uno de los clanes del narcotráfico mexicano más golpeado en los últimos años, desde la aprehensión de uno de sus fieles lugartenientes, Javier Torres Félix, en 2004, hasta el arresto de tres de sus hijos, su jefe de sicarios de más confianza y el presunto abatimiento de otro de sus brazos armados.

“El Mayo” cuenta con varias órdenes de presentación ante cortes federales de Estados Unidos, casi igual que “El Chapo”, pues en las acusaciones formales aparecen como asociados ambos sinaloenses, pero cada quien liderando su grupo.

En la Corte Federal de Chicago, Zambada aparece como coacusado de su hijo El Vicentillo, del Chapo, de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el duranguense Felipe Cabrera Sarabia y otros capos menos conocidos.

En San Diego también aparece como coacusado de sus hijos Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo” e Ismael Zambada Sicarios, “El Mayito” Flaco.

En la Corte Federal del Distrito de Columbia también tiene una orden de aprehensión así como en el Distrito de El Paso, Texas, donde es coacusado del Chapo, y en la Corte Federal de Nueva York se encuentra encausado con su hermano Reynaldo Zambada García, El Rey, quien aparentemente también se convirtió en testigo colaborador del gobierno gringo.

La moción en el caso Guzmán

En el documento del Fiscal Caper, también se le pidió al Juez que ningún abogado o investigador mexicano intervenga en el proceso del capo originario de Badiraguato, debido a que podrían ser miembros del cártel de Sinaloa, enviados para minar a los testigos.

“Los abogados o investigadores tendrían que viajar a los Estados Unidos y conocer la identidad de uno los testigos cooperantes de origen mexicano, así que regresarían a revelar el nombre del testigo a otros miembros del cártel de Sinaloa, quienes podrían secuestrar o matar a la familia", cita el texto.

La parte acusatoria considera que el único propósito de abogados e investigadores mexicanos para unirse al equipo legal de Guzmán en Estados Unidos, podría ser tener acceso a material privilegiado.

"Queremos evitar que el acusado y el cártel de Sinaloa dañen o maten a los testigos y sus familias, e interrumpan las investigaciones en curso y futuras investigaciones para desmantelar al cártel", explican.

Las evidencias

Según la Fiscalía, en las últimas tres décadas el Chapo reclutó a toda una generación de jóvenes nacidos en la zona serrana, a quienes convirtió en pistoleros para asesinar, torturar y secuestrar a sus adversarios en el mercado de la droga.

Y toma como ejemplo la guerra que se libró en Chihuahua, cuyo epicentro fue Ciudad Juárez, que a partir de 2008 se convirtió en un verdadero campo de batalla que arrojó miles de muertos y desaparecidos.

"Por ejemplo enviaron a sus sicarios para perpetrar una guerra contra el líder del cártel de Juárez (Vicente Carrillo Fuentes). Estos sicarios secuestraron y torturaron a sus víctimas con frecuencia antes de asesinarlos brutalmente, y luego se jactaron de sus hazañas a través de videos espantosos que publicaron en Internet", recuerdó la Fiscalía.

En esta frontera, el cártel sinaloense reclutó a pistoleros que se agruparon en el brazo armado de La Línea, que de acuerdo con el gobierno estadounidense y el mexicano, terminó por imponerse sobre Carrillo Fuentes, asociado con Los Zetas y los Beltrán Leyva, grupos delictivos mermados.

"Son estos los sicarios los que pueden silenciar y tomar represalias contra nuestros testigos", señaló Robert. L. Capers en la moción.

Incluso en el documento presentado dan detalles en torno el primer grupo de testigos, los cuales se tratan de socios y extrabajadores tanto del Chapo como del Mayo Zambada, con quienes concretaron negocios desde finales de la década de los 80.

El segundo grupo serán miembros de la policía mexicana, quienes atestiguarán cómo operaba la red de sobornos de Guzmán cuando estuvo dentro y fuera de prisión.

Por lo regular en los juicios que sigue el Departamento de Justicia siempre hay miembros o integrantes de los cárteles mexicanos que se acogen al Programa de Seguridad de Testigos a fin de obtener beneficios como condonación o reducción de sentencias a cambio de información.

En la lista de los informantes, cita el medio, se encuentran también enemigos históricos del Chapo, como socios de los Arellano Félix, del cártel del Golfo, Los Zetas y los Beltrán Leyva.

El Departamento de Seguridad reveló que la organización de 'El Mayo' amenazó indiscriminadamente desde miembros de la policía estadounidense, líderes de cárteles rivales en México, hasta a sus propios miembros.

Al “Mayo” Zambada se le ubica que desde los 16 años comenzó sus primeros pasos en el mundo del crimen organizado, pero fue hasta los años 80 cuando consolidó una organización que, sin embargo, se mantenía al mando de personajes como Amado Carrillo Fuentes, y anteriormente a Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo y su padrino Inés Calderón Quintero, así como su compadre y amigo Baltazar Díaz Vega.

Quita administración Trump al Fiscal

Justo unos días antes, el Fiscal Robert L. Capers fue relevado en el cargo por el presidente Donald Trump como “parte de la rotación natural de los nuevos inquilinos de la Casa Blanca”.

Fue el mismo Capers quien en un boletín de prensa anunció de su partida de la Fiscalía del Este de Nueva York.

“Esta tarde se me ordenó dejar mi puesto como fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, con efecto a 10 de marzo de 2017”, dijo en un escueto comunicado.

Empero, la moción que relacionado a Zambada con Guzmán ya había sido presentada y será responsabilidad del nuevo Fiscal si la sostiene.

Protegerse en ambos lados

Como de los últimos grandes capos en libertad –incluso informes de inteligencia señalan que Zambada ha delegado las responsabilidades a sus más cercanos colaboradores, entre ellos al Mayito Flaco, interviniendo en los conflictos y negocios más que lo mínimamente necesario—se ha salvado de innumerables operativos del Ejército Mexicano, la Policía Federal y la Marina.

Pero al menos desde noviembre de 2014 en que fue arrestado su hijo El Mayito Gordo, internado en el penal federal de Puente Grande, Jalisco, Zambada padre no ha sido perseguido más por los operativos realizados por las Fuerzas Armadas. Sus territorios, ubicados al sur del municipio de Culiacán y rumbo a Cosalá, siempre se encuentran blindados por una red eficiente de halcones y de sujetos armados que, sin embargo, tienen la orden de no enfrentarse a los elementos castrenses.

Más allá de eso, tanto el gobierno mexicano como el aparato de justicia de Estados Unidos, y lo mismo con los líderes de las organizaciones criminales, ven en Zambada García como el “gran mediador”, responsable en ocasiones de lograr acuerdos para alcanzar “la pax narca”, para conciliar intereses y quedar bien con todos los lados.

Ejemplo de ello fue su presunto involucramiento para negociar la liberación de los hijos del Chapo, secuestrados en el restaurante La Leche de Puerto Vallarta, y a últimas fechas también visto como el posible equilibro en el actual conflicto entre la organización Guzmán y Los Dámaso.

En el caso de su primogénito, desde que desapareció en el sistema penal de Estados Unidos en 2014 (nunca se ha dictado sentencia formal), se ha especulado que como testigo protegido se encuentra bajo custodia de la DEA, posiblemente –debido al protocolo—en una casa de seguridad, en espera de ser llamado para testificar.

De acuerdo con la información rastreada en otros casos judiciales, el nombre de Zambada Niebla ha sonado en procesos como el de Alfredo Beltrán Leyva, Dámaso López Núñez, El Licenciado, José Rodrigo Aréchiga Gamboa, El Chino Ántrax, y su tío Reynaldo Zambada. En el proceso en contra de Javier Torres Félix, la Procuraduría General de la República para encausarlo de nuevo una vez que cumplió sentencia en suelo americano, utilizó una declaración ministerial del Vicentillo, que entregó firmada antes de ser extraditado en el 2009 a Chicago.

De hecho, al ser considerada como válida la declaración ofrecida por Zambada Niebla al ministerio público de la SEIDO, Torres Félix fue vinculado a proceso por el delito de delincuencia organizada, en sociedad con El Mayo Zambada.

Aunque la moción de Capers no lo dice, Zambada García sabe que en algún momento su hijo se tendrá que ver la cara con el Chapo en la Corte Federal, a menos que Guzmán negocié con el gobierno para lograr reducciones en las penas futuras que se le impondrán. De comprobarse los cargos, el oriundo de La Tuna podría ser sentenciado a cadena perpetua.

En los últimos días, los abogados del lado americano, como lo hicieronen su momento los mexicanos, han denunciado que el capo se encuentra en una situación dramática, con la salud y las emociones minadas al máximo, pidiendo además permitir ver a su esposa Emma Coronel Aispuro, que públicamente ha sido vista en Manhathan.

De colaborar posiblemente Guzmán tenga la misma suerte que El Vicentillo, que pasó de una inminente cadena perpetua, a un limbo del que podría salir bien librado.

El Vicentillo, según el procedimiento que sigue el sistema penal, primero tiene que dejar de ser útil informativamente al gobierno para que un juez dictamine una sentencia en firme, que serían de pocos años. Y como siempre se la ha jugado, El Mayo Zambada en libertad podría ser la pieza clave del rompecabezas, el juego de la justicia y el crimen.

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