"El Chapo" Isidro continúa al mando de diversas células de "Los Beltran Leyva" en Sinaloa

De las células que sobreviven de la organización de los Beltrán Leyva, la comandada por Fausto Isidro Meza, El Chapo Isidro, es la única que tiene la capacidad para remontar el desbarrancadero en el que ha caído el grupo criminal en los últimos años. 

Abatido Juan Francisco Patrón Sánchez, el H 2, en un impresionante operativo de la Marina en Tepic, y detenido Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, en Zapopan, Jalisco, El Chapo Isidro se mantiene replegado ante los operativos federales, pero fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) aseguran que continúa al mando de diversas células en algunos municipios de Sinaloa.

De su comienzo en el mundo del narco hay varias historias. Algunas fuentes aseguran que comenzó a trabajar para Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, muerto el 4 de julio de 1997 durante una operación de cirugía plástica para intentar cambiarse las facciones del rostro, hecho que detonó el homicidio de cinco de los médicos que participaron en dicha intervención quirúrgica.


Otras fuentes lo adentran en el negocio directamente bajo las órdenes de los hermanos Beltrán Leyva, quienes, junto con Ignacio “Nacho” Coronel, Juan José Esparragoza Moreno, Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán, formaron durante el sexenio de Vicente Fox lo que se dio en llamar La Federación, un gran cártel que bajo el control del Mayo Zambada y El Chapo Guzmán buscaba hacer frente a las embestidas del Cártel del Golfo y su entonces brazo armado, Los Zetas, quienes ya empezaban a hacerse con el control del trasiego de drogas en toda la parte del Golfo de México, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo. De esta organización, la DEA señaló que llegó a enviar a Estados Unidos más de la mitad de la cocaína que se vendía en aquel país y que, en territorio mexicano, controló 21 estados de la república.

Lo que se sabe a ciencia cierta es que El Chapo Isidro nació el 9 de junio de 1982 en Estación Bamoa, sindicatura de Guasave, Sinaloa. Hijo de Isidro Meza Angulo y de Angelina Flores Apodaca, el nombre de Fausto Isidro Meza Flores empezó a acaparar notas en los medios de comunicación nacional e internacional a partir de 2011, cuando la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa encabezada entonces por Marco Antonio Higuera Gómez, dio a conocer un árbol de la estructura criminal que el Chapo Isidro controlaba desde el municipio de Guasave.

“Ese año se encontraron conexiones entre él y 32 agentes corruptos de la Policía Municipal de Ahome y también fue vinculado con el asesinato de 16 personas cuyos cadáveres quemados fueron encontrados en Culiacán”, señala Insight Crime.

El Chapo Isidro terminó la secundaria en la Escuela Secundaria Federal Insurgentes, de Guasave, para luego marcharse a Sinaloa de Leyva a iniciar un entrenamiento militar con la gente de El Señor de los Cielos. Era todavía un adolescente de 15 años cuando Carrillo Fuentes murió y la organización se quedó en un desbalance temporal ante la ausencia de líder. En dicho campamento habría aprendido cosas básicas para cualquier integrante del narco: cuidar terrenos, desplazamiento por carreteras, uso de armas, etc.

De acuerdo con una investigación de Sin Embargo, el Chapo Isidro tomó entonces la decisión de sumarse al grupo de los Beltrán Leyva por un “mero desbocamiento de plebe loco, gustoso de la adrenalina, impactado más por la aventura en la huida que por el dinero.”

En la organización de los Beltrán Leyva pasó sus años de adolescencia hasta convertirse en un joven que aprendió a dominar las armas, a controlar el miedo y a ejercer el mando.

Pero llegó el año 2008 que marcó la ruptura entre las diferentes facciones que integraban La Federación. Tras la aprehensión en enero de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, durante un operativo encabezado por al menos 300 elementos de la Novena Zona Militar, en la colonia Burócrata, de Culiacán, los hermanos Beltrán Leyva acusaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán de haber entregado a El Mochomo e iniciaron una guerra a muerte que bañó de sangre durante varios meses las calles de Culiacán.

Los bandos, antiguos aliados, compadres, familiares, amigos que asistían a las mismas fiestas, a los mismos antros, a los mismos restaurantes, que vivían en las mismas colonias de Culiacán, tuvieron que escoger: irse con los Beltrán Leyva o con El Chapo Guzmán. Isidro Meza escogió seguir al lado de los Beltrán Leyva y eso determinó su futuro.

El 15 de mayo de 2011 fue detenido Geovanny Lizárraga Ontiveros, uno de los miembros de la célula criminal Los Mazatlecos, por elementos de la Policía Ministerial del Estado, ya bajo el gobierno de Mario López Valdez, e integrantes del 89 Batallón de Infantería. De acuerdo con la versión oficial, fue aprehendido sin un solo balazo mientras circulaba en una camioneta blanca, blindada y con reporte de robo de 2010, por las calles de Los Mochis. De inmediato fue trasladado vía aérea a las oficinas de la PGR en Culiacán, donde empezó a ser interrogado.

En dichos interrogatorios, Lizárraga Ontiveros sacó a flote el nombre de Fausto Isidro Meza, a quien ubicó como la persona que se encontraba al frente de las células que a ese momento luchaban en contra del cártel de Joaquín Guzmán Loera por parte de los Beltrán Leyva: Los Mazatlecos y La Oficina, la primera ubicada en algunos municipios del norte y sur de Sinaloa, y la segunda en el estado de Baja California Sur. Aseguró, ante la sorpresa de los agentes de la PGR por las confesiones soltadas por el detenido, que incluso el Chapo Isidro negociaba con los campesinos de la sierra de Sinaloa la compra de marihuana y que el cristal y la cocaína se las compraba a un negociante de Guadalajara.

A partir de entonces, la PGJS, en un acto insólito para una dependencia estatal, dio a conocer toda la estructura piramidal de la organización que involucraba a familiares del Chapo Isidro. En el mismo tono, la DEA lo señaló de dirigir la Red Meza Flores, acusada de enviar cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana a EUA desde el año 2000. “Miembros de la familia juegan un papel clave”, señaló el reporte de la agencia federal estadounidense.

Para entonces, El Chapo Isidro era ubicado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos como la mano derecha de Héctor Beltrán Leyva, quien tras la muerte de su hermano Arturo, El Barbas, en diciembre de 2009 durante un enfrentamiento con la Marina en un departamento de Cuernavaca, asumió el control del cártel. El Departamento del Tesoro se refirió a él como “Sicario de elevado” y que “controla ranchos en los cuales se produce la marihuana y la amapola para los Beltrán Leyva”. Así mismo, sus sicarios se enfrentaron en varias ocasiones con Los Ántrax, brazo armado al servicio del Cártel de Sinaloa, tanto en Culiacán, Mazatlán y Sonora. También se dieron múltiples enfrentamientos con la Policía Ministerial y con las Fuerzas Federales, lo mismo en Los Mochis, en la Carretera México 15 y en la sierra de Chihuahua, cerca de Choix y Badiraguato, lo que ocasionó el desplazamiento de cientos de personas procedentes de las comunidades del Triángulo Dorado.

La oficina estadounidense también les hizo el trabajo a las autoridades mexicanas en ubicar a las empresas que, en Sinaloa, operan para su organización. En un comunicado oficial señaló que, por lo menos en Guasave, hay una gasolinera bajo el nombre oficial de Auto Servicio Jatziry, a la cual el Ayuntamiento local le había adjudicado varios contratos para que cargaran gasolina los autos oficiales, que pertenecía a la red de empresas del Chapo Isidro.

Junto a esta empresa también fue incluida en la lista negra la Constructora Jatziry, a quien el gobierno de Guasave le habría otorgado cinco contratos en 2009 por un valor superior a los 700 mil pesos. La constructora levantó tres dispensarios médicos en las comunidades de El Tortugo, El Huitsussi, Chorohui y en el ejido de Emiliano Zapata.

Ante estos datos, el Departamento del Tesoro fichó a la Familia Meza Flores como un nuevo cártel de las drogas mexicanas y las empresas mencionadas, además de Autotransportes Terrestres, fueron vinculadas con el lavado de dinero.

El escolta de Malova

El 4 de junio de 2013, momentos después de haber llegado a su domicilio en la comunidad de Callejones de Guasavito, el policía estatal adscrito a la avanzada de seguridad del gobernador Mario López Valdez, Frank Armenta Espinoza, de 38 años, fue levantado por un grupo armado que viajaba en dos unidades. No se volvió a saber nada de él hasta varios días después que el semanario Río Doce dio a conocer un video en el que aparecía el escolta del gobernador haciendo acusaciones graves en su contra.

En dicha grabación, Armenta Espinoza señalaba que Malova tenía un pacto de impunidad con el Cártel comandado por el Chapo Guzmán para que las fuerzas policiales atacaran solo a los grupos antagónicos, entre ellos, los del Chapo Isidro. En otro video que fue dado a conocer días más tarde, incluso, se presentaban supuestas bitácoras de vuelo de un helicóptero oficial que habría salido de Culiacán hacia La Tuna, Badiraguato, donde se habría dado una reunión entre funcionarios del gobierno malovista y gente del Cártel de Sinaloa. El 9 de agosto, en la salida norte de Culiacán, en avanzado estado de descomposición, fue abandonado el cadáver de Armenta Espinoza. Le habían dado dos disparos. Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, de quien también se habían filtrado varias llamadas, no descartó que detrás de los hechos se encontrara el Chapo Isidro.

Era parte de una guerra que habían sostenido durante meses los sicarios de Los Mazatlecos contra las fuerzas policiales del gobierno de López Valdez y que ya habían dejado decenas de muertos, de ambos lados, en Ahome, Mazatlán y Guasave, principalmente.

Un nuevo golpe para los Beltrán Leyva se daría el 1 de octubre de 2014, cuando sería detenido Héctor Beltrán Leyva, El H, en un restaurante de mariscos en San Miguel de Allende, por elementos de la Agencia Federal de Investigación de la PGR. Al H se le detuvo junto con su operador financiero. Por él, las autoridades mexicanas ofrecían una recompensa de 30 millones de pesos, mientras la DEA ofrecía 5 millones de dólares.

Tras la muerte de El Barbas, el H asumió el control de las operaciones del cártel, pero a diferencia de los otros, él intentó llevar una vida discreta, sin lujos excesivos, para no llamar la atención de las autoridades. Se dice que vivió un tiempo en El Pedregal y en la Colonia Del Valle, en la Ciudad de México, y más tarde en la ciudad de Querétaro. Al momento de su detención, se hacía pasar por comerciante de bienes raíces y obras de arte.

Por la detención de El H se especuló sobre quién lideraría a partir de entonces a las células dispersas que todavía operaban para los Beltrán Levya, tanto en Sinaloa como en Guerrero y otros estados más. De inmediato, varios analistas en temas de seguridad mencionaron al Chapo Isidro como el sustituto natural del cártel, un hombre que había escalado en la organización desde su adolescencia hasta convertirse en un jefe regional que controlaba desde células de sicarios hasta operaciones para el comercio de droga. Además, de acuerdo con la PGR, había sido el único que le había hecho “frente” al Chapo Guzmán en la región del Triángulo Dorado en la sierra de Choix y Badiraguato.

Sin embargo, otros analistas asumían que El Chapo Isidro, no contaba con la autoridad suficiente para dominar a toda la red criminal: “Se rumora que el Chapo Isidro sería coronado como el nuevo líder, aunque es poco probable que este personaje pueda llegar a conseguir una autoridad centralizada sobre toda la organización”, señaló en su momento Insight Crime.

Y aunque, en efecto, El Chapo Isidro ha llegado a controlar buena parte de las operaciones del cártel, lo cierto es que el poder se tuvo que repartir entre más líderes regionales. Uno de ellos fue Juan Francisco Patrón Sánchez, el H-2, quien controlaba parte del sur del Sinaloa y Nayarit.

Sin embargo, la noche del 9 de febrero pasado, fue abatido por elementos de la Marina Armada de México durante un enfrentamiento en la colonia Linda Vista, de Tepic. Las impresionantes imágenes dieron la vuelta al mundo por el tipo de armamento que usó la Marina desde un helicóptero para acabar, con una ráfaga estruendosa, con la vida de cuatro integrantes de la célula comandada por el H-2.

Dos meses antes, el otro posible líder, Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, había sido detenido por elementos de la Policía Federal mientras se encontraba en una barbería de Zapopan junto con su personal de seguridad. A El Mochomito se le responsabiliza por el secuestro de los hijos de El Chapo en el restaurante La Leche, de Puerto Vallarta, y por la incursión de un grupo armado en la comunidad de La Tuna, Badiraguato, donde vive la madre del líder del Cártel de Sinaloa.

Ante estos dos hechos, el Chapo Isidro tiene el camino libre para hacerse con el control de la organización, aunque las células dispersas –y ahora confrontadas entre sí- en las que se ha convertido vuelvan casi imposible que alcance el poder que una vez tuvo. Sin embargo, sus rivales del Cártel de Sinaloa también se encuentran enfrascados en su propia lucha interna y esa situación ha sido aprovechada por organizaciones como el Cártel de Jalisco Nueva Generación para hacerse con el poder de nuevas plazas antiguamente dominadas por El Chapo Guzmán.

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