Debido a las estrictas medidas de seguridad en la Prisión Federal de Manhattan, Nueva York, donde los internos pasan 23 horas encerrados y nunca los dejan ver la luz del sol o respirar aire fresco, Joaquín Guzmán Loera podría estar teniendo serios problemas psicológicos e incluso, dicen sus abogados, “escuchando voces inexistentes”.
Michelle Gelernt, una de las dos abogadas de oficio que le asignó la Corte al ex líder del Cártel de Sinaloa, envió el 28 de marzo una carta a la fiscal Andrea Goldbarg denunciando las malas condiciones en que se encuentra su defendido.
En dicho documento se establece que Guzmán Loera no tiene permitido ver la luz del sol, respirar aire fresco a ninguna hora del día, pasa 23 horas encerrado en una celda de 6 x 3 metros, lo dejan salir por una hora sólo para hacer ejercicios dentro de una jaula que se encuentra en otra área cerrada del penal, las luces de su celda nunca se apagan y no se le ha dado permiso para hablar con su esposa o algún otro familiar.
Gelernt asegura que dichas condiciones son incluso más estrictas que las de la famosa prisión de Súper máxima Seguridad de Colorado, la ADX Florence, ubicada en el condado de Fremont y donde están recluidos en condición de aislamiento total terroristas, asesinos seriales, narcos mexicanos como Osiel Cárdenas Guillén o Juan García Abrego y espías internacionales.
La abogada comenta que, incluso en esta prisión, algunos reos tienen permitido ver televisión, hablar con otros reclusos o hacer ejercicio al aire libre. A Guzmán Loera, sin embargo, se le ha prohibido incluso ponerse en contacto con otros abogados que no sean los de oficio asignados por el Estado.
“El señor Guzmán está sometido a las peores y más restrictivas condiciones de cualquier preso detenido actualmente por el Gobierno de Estados Unidos”, asegura Gelernt.
La Fiscalía, por su parte, asegura que dichas medidas de seguridad son necesarias para evitar que se ponga en contacto con la gente del Cártel de Sinaloa y que pueda seguir operando a distancia los movimientos de la organización criminal o planear una nueva fuga, como ya sucedió dos veces en penales de alta seguridad en México.
El pasado 21 de marzo, el juez federal de Brooklyn, Brian Cogan, aceptó una petición de los fiscales generales para que los extranjeros que se unan al equipo de defensa de Guzmán Loera sean investigados para evitar que integrantes del cártel se sumen a su defensa y puedan tener acceso a los expedientes del caso que cuentan con información confidencial y donde aparecen nombres de testigos protegidos mexicanos.
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