Juan Manuel Loza Salinas, "Comandante Toro", líder del Cártel del Golfo (CDG), evadió los operativos federales por lo menos en diez ocasiones desde hace un año, de acuerdo con fuentes oficiales.
Militares le atribuyeron la ola de persecuciones, tiroteos, narcobloqueos, incendios a comercios y ejecuciones que azotaron a Reynosa, Tamaulipas, desde inicios de 2016, cuando se recrudecieron las operaciones para su captura.
El 13 de marzo del año pasado, "Comandante Toro", aunque burló una operación militar que lo tenía cercado, salió herido de bala de un enfrentamiento entre los uniformados y sus gatilleros.
En 2016, las refriegas para lograr su detención también ocurrieron a unos días de las vacaciones de Semana Santa, cuando cientos de personas cruzan por Reynosa para ir a Estados Unidos.
Según las pesquisas federales y de Tamaulipas, la presencia de "El Toro" en Reynosa se registró desde mediados 2015, y tejió una red de protección con policías locales y federales, así como de taxistas y comerciantes que fungieron como "halcones" para informarle de las operaciones de seguridad.
Incluso vigiló a las fuerzas militares y policiacas, así como a la población, a través de más de 100 cámaras de alta tecnología, colocadas en toda la ciudad.
De acuerdo con esas investigaciones, "Comandante Toro" impuso su ley y llegó a contar con un grupo de policías estatales y de la Policía Federal que, además de protegerlo, realizaban "levantones" y ejecuciones de grupos antagónicos al líder criminal.
En septiembre de 2015, se ventiló una denuncia contra toda una red de mandos federales y estatales al servicio del líder del CDG que operaban desde un hotel de Reynosa y que supuestamente recibían millones de pesos al mes para proteger y trabajar para Loza Salinas.
Desde marzo de desencadenó una serie de enfrentamientos en Reynosa entre gatilleros de "El Toro" y fuerzas militares, principalmente marinos, para lograr su aprehensión.
Ayer, Loza Salinas ya no logró eludir una acometida más de la milicia.
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