CHIHUAHUA.- La página en internet de la agrupación civil Justicia para Nuestra Hijas, de Chihuahua, se convirtió en un singular muro de lamentos y oraciones, en el que familiares de personas desaparecidas envían mensajes a sus seres ausentes.
Sin ser ése el objetivo inicial, poco a poco, hombres, mujeres, niños y niñas han canalizado así la necesidad de expresar virtualmente lo que sienten por sus familiares desaparecidos, algunos de los cuales incluso ya han sido localizados sin vida.
Norma Ledezma, quien preside el organismo ciudadano, los ha acompañado en la ingrata tarea de buscar a sus familiares, como ella lo hizo en su momento cuando su hija Paloma Angélica desapareció, y meses después fue localizada ultrajada y muerta.
Desde la desaparición de su hija y la localización de su cuerpo mancillado en marzo de 2002, Norma se convirtió en una infatigable activista social, lo que la llevó a fundar esta asociación civil, en su afán de ayudar a las cientos de familias en situaciones similares de dolor y desesperación.
Norma es además abogada, y conoce las leyes y procedimientos utilizados por las autoridades locales en los casos de desapariciones forzadas, secuestros, raptos y feminicidios.
Recuerda que el sábado 2 de marzo de 2002, su hija Paloma Escobar, de 16 años, desapareció en la ciudad de Chihuahua cuando iba a clases de computación al centro de esta capital.
El 29 de marzo de ese año, el cuerpo de Paloma fue hallado en los alrededores de la carretera Chihuahua-Aldama. El dictamen pericial concluye, entre otras cosas, que se investiga una muerte violenta con características de homicidio doloso, tortura, violación, que para ella es claramente un feminicidio.
La investigación por parte de las autoridades fue negligente y mal llevada, incluso la entonces comandante que llevaba el caso, Gloria Cobos, sembró junto al cuerpo de la menor la fotografía de su novio para incriminarlo.
El estado tuvo que disculparse Públicamente por la omisión y negligencia con la que el caso fue llevado; aunque el feminicidio sigue impune.
El caso se mantiene vivo en la memoria de Norma, quien ha sido acompañada por cientos de otros casos de desapariciones en Chihuahua.
Una a una han sido subidas en la página oficial de Facebook de Justicia para Nuestras Hijas mensajes a varias de las personas desaparecidas.
Por ejemplo, el 1 de diciembre de 2014 hay un pensamiento para Mario Alberto Morales Cano, de su madre, que textualmente dice: “Feliz Cumpleaños, mi Mayito, ya 5 cumpleaños que no festejamos juntos, pero tu familia este día nos reunimos. Primero para pedirle a Dios y a la virgen que te proteja donde quiera que te encuentres.
Nos damos el permiso de apagar la vela y partir tu pastel, para mandarte los mejores deseos y bendiciones. Tu madre que no se cansa de buscarte ni de implorar al cielo que llegue el día de tu regreso, cantarte las mañanitas y gritar todos en coro Feliz Cumpleaños Mayito, tu madre que te extraña y te ama.”
El 10 de noviembre se insertó otro mensaje: “Otro año más y tú no has vuelto, pero aún te extrañamos y te seguimos amando.
Hoy que es tu cumpleaños número 34 te recordamos todos los que te amamos: madre, hermanos, familia y amigos. Todo este tiempo que has estado lejos de nosotros ha sido el más triste de mi vida, pero hoy por ser un día tan especial, 10 de noviembre, queremos recordarte con aquella linda sonrisa y feliz. Te amamos, hija mía, y te deseamos un ¡Feliz Cumpleaños! donde quiera que estés”.
Uno más se insertó para Tania Melissa, a un año de su desaparición.
Princesa: hoy 26 de junio de 2014 se cumple un año que no sabemos nada de ti, un año de sufrimientos, tristeza, desesperación, vacío en nuestros corazones por tu ausencia y una terrible zozobra de no saber qué fue lo que pasó, cambiándonos la vida por completo, ya que te extrañamos mucho, nos haces mucha falta y estamos muy orgullosos por haber logrado cumplir tu sueño de terminar tus estudios de enfermería a pesar de las adversidades que la vida nos pone en nuestro camino, pero siempre luchaste y lo conseguiste.”
Un caso por demás singular, es el de Mario Alberto Morales Acosta, de 56 años, quien murió el pasado 5 de febrero en una infatigable lucha de buscar a su hijo desaparecido en julio de 2010, al que no logró ver con vida, o cuando menos enterrarlo, como era su esperanza. Otras familias han salido a calles y plazas a exigir justicia y a clamar por sus desaparecidos y ausentes. Las madres de algunos de ellos prepararon en la Plaza Hidalgo, en el monumento de la Cruz de Clavos, los alimentos favoritos de sus hijos e hicieron un recuento de su respectivo viacrucis.
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