Al nuevo comisionado en Michoacan se le culpa de proteger a "El Chapo Isidro"

La Secretaría de Gobernación nombró a un enemigo del Cártel de Sinaloa como Comisionado de Seguridad Federal en Michoacán. El general Felipe Gurrola Ramírez fue comandante de la Novena Zona Militar, con sede en Culiacán, y se le acusó de proteger a Fausto Isidro Meza Flores, el Chapito.

Meza Flores es jefe de una fuerte célula de la organización criminal de los Beltrán Leyva, enemigo acérrimo de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, e Ismael Zambada García, el Mayo. Sus operaciones alcanzan varios municipios del norte de Sinaloa, entre ellos Guasave, Sinaloa, Ahome y El Fuerte. Y su influencia se extiende por lo menos hasta el sur de Sonora.


“General Gurrola atemorizaste y mataste a María Susana Flores y todavía sigues matando gente inocente, señor Secretario de la Defensa que se investigue a ese General porque lo único que se ha hecho es pisotear los Derechos Humanos, matar, torturar gente inocente, así como mataste a María Susana Flores y muchos más, señor Presidente con todo respeto investigue al General que no debería estar en el Ejército si no en la cárcel, atte Cholo Ivan”, fue el mensaje plasmado en una de las mantas en mayo de 2013, en la ciudad de Guamúchil, cabecera municipal de Salvador Alvarado.

Fue esa la forma de recordar el homicidio de María Susana Flores, Señorita Sinaloa 2012, ultimada durante un supuesto enfrentamiento del 42 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, cuyo jefe era Gurrola Ramírez.

Narcomanta en Guamúchil. La respuesta del Cholo Iván.
En las cercanías de la comunidad El Palmar de los Leal, municipio de Mocorito, la reina de belleza levantó las manos en señal de rendición y de acuerdo con testigos gritó “¡No disparen!”, pero los militares accionaron sus fusiles automáticos y le dieron muerte. Ella iba en el convoy que perseguían los uniformados y al frente de ese comando estaba Orso Iván Gastélum.

En las primeras declaraciones públicas, las fuerzas armadas explicaron que la joven fue abatida porque portaba un arma larga.

Conocido como el Cholo, Gastélum es el operador del Cártel de Sinaloa en los municipios de Salvador Alvarado, Angostura y Mocorito. Responsable de controlar el narcomenudeo en la región, quitarle influencia al Chapito y evitar que éste y sus fuerzas traspasen la frontera entre estos municipios y lleguen a Culiacán.

Y fue el Cholo quien encabezó, luego de este asesinato, una campaña para llamar la atención de los medios locales y nacionales, y desprestigiar al comandante Gurrola, a quien acusó de proteger a su enemigo, el Chapito. En la pugna, también hubo golpes públicos en sentido contrario.

“Señor Secretario de la Defensa Yo el cholo Iván mis respetos pal ejercito yo lo que he hecho es defenderme mientras el culpable de lo que sucedió es el General Gurrola es el que a hecho es gente inocente y violar derechos humanos el es el que debería estar en la cárcel no en el ejercito ya que es el único feminicida y homicida y violador señor secretario con todo respeto investigue quien es ese General Gurrola para que se de cuenta quien es en realidad cheque el debate el día 28 de mayo ya que se niega que el mando tirar volantes en los helicópteros y como también niega que el mato a María Susana Flores quien es el feminicida? ATTE: El Cholo Ivan”.

Panfleto tirado desde helicópteros. Campaña mediática.
Esta leyenda, que apareció en volantes y mantas en la región, fue respuesta a los mensajes impresos en volantes que fueron arrojados desde helicópteros militares en los municipios de Culiacán, Navolato, Mocorito y Salador Alvarado. En los mensajes, se acusó a Gastélum de asesino, secuestrador y feminicida y se llamó a la ciudadanía a denunciarlo.

“Homicida, feminicida, ladrón, secuestrador, extorsionador, sicario, violador y narcomenudista. Tu denuncia es anónima”, fue le acusación, aunque el ejército negó estar detrás de esta campaña.

Dos días tardó la respuesta. A través de una manta colgada en la ciudad de Guamúchil, el Cholo dijo:

“YA ERA SABIDO DEL LADO QUE ESTAN XQ TAPIZAN GUASAVE CON FOTOS DEL CHOLO IVAN Y LAS DEL CHAPO ISIDRO DONDE ESTAN…”.

El exilio

El general Gurrola ocupó en enero de 2012, de manera interina, la comandancia de la Novena Zona Militar, en sustitución Moisés García Melo, quien fue enviado como jefe de la Tercera Región Militar. Días después desapareció y se supo que operaba un grupo especial contra el narcotráfico desde el 42 batallón de Infantería, con sede en la ciudad de Guamúchil, municipio de Salvador Alvarado.

Fue desde ese puesto, en las sombras, que se dieron los constantes enfrentamientos entre la milicia y las células comandadas por el Cholo Iván.

En diciembre de 2013, en medio del escándalo que produjeron estos enfrentamientos a fuego y plomo y también mediáticos, se supo que el general Gurrola estaba asumiendo la titularidad en la comandancia de la Octava Zona, con sede en Reynosa, Tamaulipas.



Michoacán a la vista

El gobierno de Enrique Peña Nieto nombró a Alfredo Castillo Cervantes comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, en enero de 2014. El nombramiento se dio luego del avance y fortalecimiento de los cuerpos de Autodefensa, cuyo actuar —espontáneo y ciudadano— tuvo como objetivo combatir a las organizaciones criminales y abatir los índices de asesinatos, extorsiones, violaciones y secuestros, perpetrados en esa entidad sobre todo por el cártel de Los caballeros templarios.

La penetración del crimen organizado llegó a tal nivel que controló y obtuvo ganancias de actividades económicas importantes de Michoacán, como la cosecha de aguacate y otros cultivos —incluso su exportación— y la intervención de las tesorerías municipales, a través de servidores públicos, la policía y de los mismos alcaldes, quienes cedieron por estar involucrados o por amenazas.

Ante la crisis de gobernabilidad que se generó en Michoacán, reflejada con la detención de decenas de alcaldes y de la ulterior dimisión-destitución del gobernador Fausto Vallejo, el gobierno federal envió a Castillo para “recomponer” y tomar el control de la vida política estatal, a partir de actos contra la inseguridad y la violencia.

Luego de realizar actos conjuntos —que más bien fueron de simulación—, Castillo anunció la desaparición y desarme de los grupos de Autodefensa para crear la Policía Rural, en abril de 2014. También alimentó los desencuentros con sus disidentes y fue pieza clave para la aprehensión de José Manuel Mireles, a mediados del año pasado, uno de sus principales líderes y crítico del gobierno federal. Como él, de acuerdo con datos en manos de sus abogados, hay en el país alrededor de 380 presos políticos.

Pero Castillo no logró instaurar la paz ni el estado de derecho en Michoacán, sino inaugurar nuevas formas delictivas y conflictos: las pugnas entre fracciones de la Policía Rural, fuerza creada por el mismo comisionado para regularizar y someter a las autodefensas.

Al margen del abatimiento y captura de algunos presuntos capos de cárteles locales, Michoacán cerró 2014 con un índice de 34 mil 911 delitos denunciados hasta noviembre, cifra mayor respecto a los años anteriores. Esta incidencia se acerca a la alcanzada en 2009, con 41 mil delitos denunciados.

Además, ante la supuesta desintegración de organizaciones como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, hay una reintegración de los grupos delictivos, agrupados en Los Viagras y Los G3.

En ese contexto llega el general Gurrola a esa entidad, en la que estará al frente, junto con autoridades locales, de cerca de 6 mil policías: entre los nuevos cárteles, graves manifestaciones violentas, la degradación de la vida estatal —corrupción, complicidad y constantes violaciones a la ley—, y esa sombra que lo sigue desde su paso por Sinaloa: la protección de una organización criminal, la del Chapito Isidro, en perjuicio de otra, la del Cártel de Sinaloa.

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