Droga, chicas y sexo: detalles de fiestas de narcos y DEA

Los narcotraficantes colombianos Carlos Mario Jiménez (alias Macaco) y los hermanos Miguel Ángel y Víctor Manuel Mejía Munera (Los Mellizos), financiaron las fiestas con prostitutas de los agentes de la DEA, reveló hoy una investigación del medio colombiano El Tiempo.

Según un testigo de la fiesta, que dio declaraciones a El Tiempo y que pidió el anonimato ya que fue uno de los asistentes a la fiesta, el argumento de la realización de la parranda fue “romper el hielo entre narcotraficantes a agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y a abogados estadounidenses, italianos e ingleses, en las que abundaban el licor y la presencia de prostitutas”.

El testigo dijo que las fiestas se extendían por varios días.


Fuentes consultadas por El Tiempo, señalaron que varios abogados extranjeros y agentes que llegaron a Colombia entre 2005 y 2009 fueron trasladados en vuelos privados y carros de alta gama a las reuniones en las que eran esperados inicialmente por emisarios de los narcotraficantes, quienes tenían la orden de satisfacer todos los deseos y peticiones de sus invitados.

“Los agentes buscaban contactos en el país y eso implicaba tener reuniones con fuentes que conocieran el negocio de la droga y que pudieran entregar información para sus investigaciones”. Esta estrategia permitía que, a través de enlaces, se les hicieran invitaciones y después de asistir a la primera fiesta ya no faltaban a las siguientes parrandas.

Los encargados de la logística de la fiesta “era gente especializada y conseguían lo que el invitado quería: qué trago le gustaba, qué tipo de mujer prefería y se le conseguía”, dice el testigo.

En medio de los brindis y de la fiesta, la gente se iba relajando y era más fácil empezar a preguntar qué tan mal estaba el patrón en los Estados Unidos, qué tan empapelado estaba, y eso permitía hacer cálculos de qué tanto había que colaborar y qué tanto había que entregar en plata y rutas para conseguir un acuerdo favorable”, afirmó el testigo.

El reporte oficial destacó que los enredados en el escándalo sexual son un asistente de director regional, un agente especial encargado, seis agentes especiales supervisores y dos agentes especiales, todos ellos con amplia experiencia de campo en la lucha contra el narcotráfico.

El caso contra los agentes se inició por una investigación interna de la DEA entre el 2009 y el 2010 y se estableció que varios de ellos, además de asistir a las parrandas financiadas con plata del narcotráfico, recibieron “costosos regalos, armas y hasta dinero de los carteles de la droga.

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