El 17 de diciembre del 2008 amaneció en la cajuela de un automóvil Zulema Hernández, expareja de Joaquín El Chapo Guzmán.
La Procuraduría General de Justicia del estado de México informó apenas que el cadáver encontrado ese día en la autopista México-Pachuca, correspondía a la mujer.
El 7 de noviembre de 2001 se publicó una entrevista que Julio Scherer García sotuvo con Zulema:
Ya sabía que se iba y me dijo: vas a estar mejor’
El Chapo Guzmán atendía a su esposa y a su amante, Zulema Hernández, una de cinco internas en una prisión para hombres, relata Julio Scherer García Con ella, el autor conversó largo y obtuvo un retrato crudo de ella misma y del capo del narcotráfico que entre complicidades logró fugarse de Puente Grande en 2001.
De frente a la grabadora sigue Zulema, inevitables los soliloquios, los silencios:
Yo era buena estudiante Tengo mis calificaciones, mis diplomas Fui becada el cuarto, el quinto y el sexto año de primaria en la escuela ‘Lucas Ortiz Benito’ Me nombraron sargento, la importante de la escolta que rinde honores a la bandera, la jefa Mi aprovechamiento fue de 85 y mi entusiasmo era de 10 Mira, te enseño el folio (número 10253433, expedido el 8 de diciembre del 2000 por la delegación jalisciense del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos) Guardo también, aquí la traigo, la constancia de Actividades Educativas del Centro de Readaptación Social Número 2 Me enorgullece Reconoce mi esfuerzo en las tareas académicas, deportivas, artísticas y de consultas bibliográficas durante el año 2000.
—¿Y después, Zulema?
—Todo se fue a la mierda.
Zulema extravía el lenguaje cuando habla de su madre El rencor la perfora La última visita de doña Salomé a Puente Grande terminó de mala manera, Brandon entre dos mujeres que se lastimaban Había llegado el niño con el ánimo de jugar a lo que fuera Salió del penal entre lágrimas
La señora se presentó encendida al encuentro con su hija La revisión de sus prendas y de su cuerpo había ido más allá de lo debido y la avería de una de las puertas electrónicas la había demorado media hora
—Llegó del peor humor Es una cabrona, dice Zulema
—Es tu madre
—Hija de la chingada
Yo no sé qué decir, Zulema sí:
No miento y no quiero que me creas porque digo lo que digo, así nomás Ve a verla Te doy la dirección, allá por la Villa, cerca del Reclusorio Norte Mi hijo la ve tomar y me dice que bebe jugo de uva echado a perder El otro día llamé por teléfono, que me cuesta y está restringido a diez minutos dos veces por semana, y apenas si la oía, su radio a todo volumen Bájale, bájale, le gritaba No me hacía caso Me comuniqué con Brandon ¿Está tomada, hijo? No, me dijo, es el jugo de uva ‘descompuesto’.
Visité a la señora en la Unidad Arbolillo, Retorno Tenayuca 26 bis
Conversamos:
Nunca le dije ni para puta sirves Así le decían algunos, yo no Sí me cerraba la puerta de la casa, me dejaba afuera y a veces la madreaba, tenía que hacerlo No la mandé a Drogadictos Anónimos No sé de dónde saca eso.
Salomé Hernández fue pervertida sin que las primeras manos supieran de su cuerpo Ella debía entretener el cuerpo ajeno y violentarlo Batallaba sin saber qué era eso que hacía Tiempo después fue violada.
Menuda y bonita, ahí están las fotos en la vivienda humilde, aprendió a bailar y bailó muy bien Los zapatos eran su prenda, antes que el vestido y aún la ropa interior Bailaba tango como nadie y bailaba todo lo demás como muy pocos Su vida se fue en las pistas, en la borrachera, en los amantes fortuitos y uno que otro duradero.
Pero mire, señor Scherer, eso sí le digo: mi hija es cabrona y le gusta mentir
* * * * *
—¿Viste a mi madre?
—Me diste la dirección, ¿no?
—¿Y?
Le cuento, me cuenta Un borbotón:
Ella te habló de su violación psicológica y su violación física, pero nada te dijo de lo que pasó conmigo No te dijo que se caía de borracha en las escaleras y no pudo subir a ayudarme Tampoco te dijo que me ponía a servirle cubas a sus amigos No te dijo cómo me golpeaba, cómo me rebotaban las pinches cucharas en la espalda, cómo me dejaba sangrando No te dijo cómo me cortó el cabello para mandarme a la escuela, ni te dijo cómo me mandaba con los uniformes asquerosos, cómo me trataba de puta y me arrastraba de la entrada de la unidad hasta la casa, de las puras greñas y a patadas No te dijo que me sacaba a las dos o tres de la mañana para dormirme con el pinche perro No te dijo que, puerca hasta las manitas, me hacía tragar del plato del perro Jamás va a decir algo de esto Jamás y mil veces te lo va a negar, así un mundo le esté diciendo que esto fue así, tal día, tal fecha, tal hora Ella te va a decir que no es cierto, que están locos, hijos de quién sabe qué, de su puta madre.
—¿Por qué la ves?
—Brandon vive con ella
Zulema lleva a los párpados sus dedos de uñas bien cortadas Llora, poquito
—He pensado mucho que si mi madre llegara a faltar para mí, sería un descanso Perdóname, pero es la verdad Sería un descanso para mí, para mi hermano, para mi hijo, sería un descanso para todos Porque es una mujer enferma, una mujer que está enferma ¿No te dijo que vivía con El Tostón?
—¿Con quién?
—El Tostón, con el que yo me había balaceado, el que asaltó a su hermano, mi tío ¿No te dijo que se lo llevó para revolcarse en su cama?
—Cuéntame del Chapo
—Acabábamos de hacer el amor, me abrazó y me dijo: Cuando yo me vaya vas a estar mejor; te voy a apoyar en todo Ya le di instrucciones al abogado Inclusive tienes una carta en que así me lo dice Me dijo también que si él necesitaba un abogado, en cualquier lado donde estuviera, lo iba a tener Yo le dije que siempre se habían arreglado los problemas en los juzgados Él me dijo que no, que no era esa exactamente la forma en que se iba a ir No pregunté más.
Después nos volvimos a ver y me dijo que ya se iba a hacer Él me decía, tranquila, no va a pasar nada, todo está bien.
Me hizo muchas confidencias Tú sabes que Ofelia lo conoce (Ofelia Fonseca, la hija de don Neto) y nosotras hemos platicado Ella me dice que yo tuve acceso a él Yo creo que sí, que entre Joaquín y yo había mucha identificación, porque yo estaba en el mismo lugar que él estaba O sea, aparte de ser mujer yo estaba viviendo la misma pena que él Yo sé de este caminar de lado a lado en una celda Yo sé de este esperar despierta, yo sé de este insomnio, yo sé de este fumarte, querer quemarte el sexo, quererte quemar las manos, la boca, fumarte el alma, fumarte el tiempo Yo sé lo que estos rincones hablan, lo sé Y él sabía que yo lo sabía Muchas ocasiones llegaba de malas, muchas ocasiones no tuvimos ni relaciones, pero él quería sentirme cerca Él me quería desnuda, sentirme con su cuerpo No teníamos sexo, pero estábamos juntos Y yo le entendía y sabía que tenía ganas de llorar Sabía que estaba hasta la madre de esta cárcel, a pesar de que tuviera lo que tuviera.
Sabía que si escapaba estaba expuesto a que lo mataran Él sabe que en este negocio se está expuesto a perder a toda la familia Y sabe a lo que se iba a enfrentar No es tan fácil decir yo me voy a fregar y ya Porque es toda la vida huyendo, es toda la vida escondiéndote, es toda la vida despierto Yo sé que había muchas voces en su silencio.
Me platicaba de su infancia, me decía que había sido muy pobre Yo supe que las cartas que él me mandaba no las escribía, pero sí sabía que las autorizaba, que decía lo que quería decir con esas palabras Él ordenaba a su amanuense: ‘dile que la extraño mucho’ y ya el otro aventaba de su inspiración Cuando me platicaba de su infancia, él quedaba como suspendido en la pared, como si fuera algo que quisiera olvidar y a la vez lo tuviera preso en cada momento de su vida.
Es un pavor regresar a la pobreza El mismo pavor que él sintió lo siento yo Ése era un hilo de comprensión entre nosotros Yo también fui pobre, padecí mucho y padezco hasta la fecha una madre insoportable Él padeció el yugo de un padre, el abandono del padre, el que lo corriera de su casa y lo mandara a trabajar con el abuelo, a las tierras, de día y de noche Él lo vivió y cómo lo superó, cómo tuvo que superarse, cómo tuvo que llegar a ser un hombre como el que es y todo el imperio que hizo.
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