Policías del estado mexicano de Jalisco, que el fin de semana sufrió una ola de violencia que dejó un saldo de siete muertos y 19 heridos, denunciaron hoy que altos mandos de las fuerzas de seguridad colaboran con el crimen organizado. Un miembro de la Fuerza Única de Jalisco.
Policías del estado mexicano de Jalisco, que el fin de semana sufrió una ola de violencia que dejó un saldo de siete muertos y 19 heridos, denunciaron hoy que altos mandos de las fuerzas de seguridad colaboran con el crimen organizado.
Un miembro de la Fuerza Única de Jalisco, creada en 2014 para reforzar la capacidad del Gobierno en el combate a los cárteles de las drogas, explicó a Radio Fórmula que cuando se detiene a un sospechoso deben informar a los superiores, quienes ordenan liberarlo o no dependiendo del grupo criminal al que pertenezcan.
“Si es del cártel que controla en esos momentos Jalisco, te ordenan que se le regresen las armas y las drogas y se quede sin efecto el reporte o la revisión. Y los elementos continúan (su camino)”, dijo un miembro de esta corporación a la emisora.
Otro policía advirtió de la connivencia de los grupos narcotráfico con altos mandos de la Fuerza Única: “Cuando agarras a un integrante del cártel y llamas por teléfono a los jefes, ellos te dicen ‘aguántate’, y luego dicen ‘sabes qué, déjalo ir, es de la gente’ (…) Por lógica ahí hay gato encerrado”.
“El proyecto (de la Fuerza Única) es bueno, (…), pero los mandos no sirven para nada”, concluyó.
El viernes pasado se vivió en el occidental estado de Jalisco un recrudecimiento de la violencia por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, que llevó a cabo 39 bloqueos de avenidas en 25 municipios, que causaron siete muertos y 19 heridos.
Según el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval, los sucesos -en los que el crimen organizado derribó un helicóptero militar y obligó a activar en la zona el “código rojo” de seguridad- fueron consecuencia de la operación para detener a un capo en la zona.
El repunte de la violencia en Jalisco comenzó el 19 de marzo pasado, cuando gendarmes federales se enfrentaron con un grupo del Cártel Jalisco Nueva Generación, lo que dejó un saldo once muertos, entre ellos cinco agentes, tres delincuentes y tres civiles ajenos a los hechos.
En respuesta a las declaraciones policiales, el fiscal estatal, Luis Carlos Nájera, aseguró hoy que dichos elementos de las fuerzas estarían incurriendo un delito al informar a los medios en lugar de a las autoridades.
Aunado a ello, agregó que todas las conversaciones por la radio de la policía quedan registradas y que si se comunican por vía telefónica “están cometiendo una irregularidad muy grave”.
El fiscal añadió que los elementos del estado son sometidos al polígrafo y a exámenes de confianza y que si no superan los mismos son “retirados de la institución”.
A pesar de ello, reconoció que hay fuerzas policiales que son amenazadas por el crimen organizado y que, en este contexto, “(los agentes) no saben a dónde acudir”.
“Tenemos que dar garantías a los policías, más armamento y más cartuchos”, aseveró.
Uno de los policías entrevistados por Radio Fórmula también reveló la existencia de un equipo especial dentro de las fuerzas metropolitanas, conocido como grupo Chipote, que se encarga de colocar evidencias, por ejemplo, en domicilios, a fin de “justificar detenciones” aunque no haya pruebas.
“Y todo lo que encuentran se lo quedan ellos (los policías). Es pillaje. Como dicen por acá, es botín de guerra”, explicó el agente.
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