Un año después de iniciado el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, el riesgo de la naciente guerra contra el narcotráfico era ya una alerta roja para varios generales en activo y en el retiro.
En silencio, militares del más alto rango veían con estupor la cadena de errores, omisiones y vacíos legales en los que el mandatario y sus colaboradores incurrían desde el principio para justificar, a como diera lugar, la orden de emprender una amplia ofensiva sobre un enemigo más o menos extendido, más o menos poderoso, más o menos bien armado, más o menos bien estructurado, más o menos apoyado por la gente, más o menos infiltrado en las estructuras de seguridad, inteligencia, economía, salud, comunicaciones…
En la impronta de una serie de suposiciones, de diversos análisis sobre la naturaleza y tamaño del fenómeno del narcotráfico, mandos militares y navales tuvieron que sumarse a la dinámica presidencial de una guerra sin pies ni cabeza que le costó al país miles de millones de pesos en presupuestos para armamento, equipo, sueldos, materiales y apoyos en el combate al narco y al crimen organizado.
El panismo anticrimen dejó un saldo de 150 mil civiles muertos entre civiles, más de 250 mil desplazados, miles de huérfanos. El INEGI sostiene que entre diciembre de 2006 y diciembre de 2015 la cifra era de 180 mil 297 muertos; Calderón y sus datos señalan que en realidad fueron 122 mil 462 los asesinatos registrados.
Con Peña Nieto y su promesa de frenar la violencia disminuyendo los enfrentamientos entre militares y sicarios, la cifra va en 68 mil civiles fallecidos en tres años de gobierno.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), muestran que entre 2013 y 2016 se han iniciado 184 mil 682 carpetas de investigación por igual número de homicidios dolosos en el sexenio que iba a reducir la violencia con nuevas y efectivas estrategias anticrimen.
Al inicio del calderonato, la PGR reconocía, vía información de transparencia, que en el país operaban siete cárteles del narcotráfico. Al inicio del gobierno de Peña Nieto, la misma institución, encabezada por Jesús Murillo Karam, reconocía en declaraciones a la prensa, que en el país operaban más de 60 organizaciones criminales ligadas a los grandes cárteles, con capacidades, extensión e impacto social similar al de los grupos que el gobierno se había comprometido a eliminar.
Estos escenarios fueron previstos en su momento por generales en activo y en el retiro. Desde esa perspectiva, el general de Brigada Jorge Lugo Cital identificó de inmediato las fallas, los errores del esquema calderonista que a la postre llevarían a una lucha de desgaste institucional sin precedentes.
El general publicó diversos textos en los nacientes sitios de internet (blogs, sobre todo) en donde la opinión de los hombres y mujeres de las armas no estaba controlada por el alto mando y era posible analizar, proponer, protestar y quejarse incluso del lado menos amable de la vida en los cuarteles y oficinas de la Sedena.
El blog del (Centro de Análisis y Opinión de Militares Retirados (CAOMIR), con el general Samuel Lara Villa a la cabeza, fue pionero en este renglón. En este sitio el general Jorge Lugo ha publicado varios textos revisando el papel de la milicia, sus aciertos, fallas y excesos.
En 2008, con poco más de un año en el poder y con media docena de operaciones coordinadas en marcha en medio territorio nacional para combatir al narco, el general adelantaba en un texto extenso, premonitorio tal vez, lo que podría ser la debacle de una guerra no declarada, sin planeamiento y caracterizada por la improvisación ante un enemigo desconocido.
Estos son algunos de los puntos fundamentales que aquel texto que en 2008 anunciaba en Vietnam mexicano.
“FRENTES DE COMBATE DEL GOBIERNO DE FELIPE CALDERÓN. A septiembre del 2008.
“Cuando el gobierno federal instrumentó el combate frontal al narcotráfico, lo primero que observé fue: si el Presidente Felipe Calderón “triunfó” en las elecciones del día 2 de julio del 2006; a continuación estuvo “barajando” nombres para designar al General más idóneo para sus intereses políticos.
“Lo que decidió días antes de su toma de posesión del cargo el uno de diciembre, y quince días después cuando mucho, lanzó a las Fuerzas Armadas al combate frontal al narcotráfico.
“La pregunta obligada es: ¿A qué hora, día y mes, es decir, cuándo y por cuánto tiempo y con base en qué banco de información se sentaron a formular el Plan Estratégico para tal combate?
“¿Cuándo estimaron la capacidad de respuesta de las fuerzas del orden federales, estatales y municipales?
“PLANEACIÓN ESTRATÉGICA:
Cualquier observador que conozca de Planeación Estratégica, se dará cuenta que para combatir al narcotráfico lo primero es:
Conocer al enemigo; segundo:
Establecer los objetivos; tercero
Establecer las líneas de acción;
Cuarto: ¿cuáles son los medios con que voy a operar?;
Quinto: ¿cómo se van a coordinar las acciones de esos medios de “combate”?;
Sexto: ¿cuáles son los riesgos de operación y cómo los voy a enfrentar?;
Séptimo: ¿qué planes alternos voy a implementar?;
Octavo: ¿cuál es el entorno: psicosocial, económico, político y de fuerzas del orden, y la viabilidad del Plan?
“Primero: conocer de oídas el nombre de los capos no es conocer al enemigo. El narcotráfico es más que eso.
“Segundo: si no conozco del enemigo: su ubicación, su composición, su orden de batalla, sus medios físicos y materiales, sus apoyos internos y externos, etc., entonces no conozco a quien voy a combatir. ¿Cómo se pueden establecer los objetivos y las líneas estratégicas para alcanzarlos?
“Tercero: Si no conozco las líneas estratégicas para arribar al objetivo, no puedo establecer cuáles son los medios o recursos que necesito para operar.
“Cuarto: Luego entonces, ¿qué recursos o medios voy a coordinar?
“Quinto, Sexto, Séptimo y octavo: a partir de todo lo anterior no existe ninguna certeza en las acciones, todo es riesgo indefinido e incontrolable. Todo es incertidumbre. Ésto nos conduce al caos, y en el caos no puede haber planes alternos. No puede haber planes principales y alternos cuando no sabemos hacia dónde vamos.
“Respecto a las manifestaciones del poder nacional: psicosocial, económico, político y militar (fuerzas del orden), son áreas muy amplias, que se supone han estado estudiándose desde mucho tiempo atrás. No son aspectos cuyo estudio surja de improviso para formular un plan estratégico.
“Es información recopilada, analizada, evaluada y aprovechada desde mucho tiempo atrás, durante y después de las acciones tomadas con motivo de planes anteriores y actuales. Es una constante y permanente alimentación y retroalimentación.
“Si esto no sucede así, estamos perdidos. Si las brechas que surjan entre las líneas de acción, así como entre los aspectos del poder nacional, son demasiado amplias e insalvables, entonces estamos hablando de la inviabilidad del plan propuesto. Entonces debemos reiniciar la planeación estratégica.
“SEGURIDAD: La seguridad cuenta con tres facetas. Más bien, componentes (como un todo). 1.- El dispositivo o despliegue de los recursos humanos y materiales, 2.- La información (que es la materia prima para un sistema de inteligencia) y 3.- El secreto.
“El dispositivo o despliegue puede ser el status normal, previo o con motivo de la operación en desarrollo actual.
“La información debe ser permanente. Ésta, debe ser congruente con el análisis del entorno interno y externo. La información es un ciclo permanente de establecimiento y designación de las agencias, búsqueda, recolección, análisis, la difusión pertinente hacia quienes deba hacerse, en tiempo y forma, asimismo, la alimentación del banco de información correspondiente.
“La información específica debe buscarse a través del establecimiento de los elementos esenciales para la operación u operaciones previstas. (E.E.I.).
“Esta información ya analizada y evaluada se constituye en “inteligencia”. Toda planeación estratégica, táctica y logística, debe ser montada con base en la inteligencia para: evaluar al enemigo (ubicación, composición, apoyos internos y externos, fortalezas y debilidades). Cualquier plan montado sobre el desconocimiento del enemigo, es letra muerta.
“Secreto:– En las fuerzas del orden no existe la cultura de la confidencialidad, menos del secreto. (Véase cómo los funcionarios de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, en un afán protagónico, todo lo publican, todo lo externan, inclusive sus diferencias; tal parece que la intención es mantener informado al crimen organizado: sobre sus planes, acciones, fracasos, deficiencias, incompetencias, etc. No hace falta que el crimen organizado los infiltre.
“El terreno: no sólo lo constituyen las áreas físicas en donde se localiza, sino también los espacios económicos, sociales y políticos en que se mueve; apoyos económicos, humanos y de influencia política (activos y simpatizantes).
“Fuerzas afines o de apoyo.- ya desplegadas, incluyendo efectivos, composición, grado de confiabilidad, recursos materiales con que cuentan, capacidad de respuesta y adiestramiento, etc.
“Fuerzas propias: Efectivos, composición, recursos propios, adiestramiento, capacidades de respuesta, etc.
“En pocas palabras: analizar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas propias y del enemigo (narcotráfico o genéricamente crimen organizado) (FODAs). Estos cuatro aspectos son dinámicos. No son estáticos. Constantemente deben ser evaluados, ajustando nuestras acciones a las circunstancias.
“Si analizamos las guerras Árabes-Israelíes (Independencia, Campaña del Sinaí, De los Seis días, De desgaste, De Yom Kippur, etc. el gran secreto de los triunfos israelíes, se circunscribe a la facilidad de los mandos y los ejecutantes para ajustar sus planes y acciones a los constantes cambios de situación estratégica, táctica y logística.
“No se casaban con sus planes y modelos tácticos ensayados. Por supuesto que todos sus planes eran severamente ensayados. El famoso “Rescate en Entebbe”, fue, en muy poco tiempo, ensayado no menos de 20 veces, tomando nota y sacando provecho de los errores.
“INFORMACIÓN: Alguien declaró que los efectivos inmiscuidos en el narcotráfico a nivel nacional son de unos quinientos mil individuos, ello acusa un total desconocimiento del enemigo. Si no conocemos al enemigo, menos podemos trazar nuestros objetivos y líneas estratégicas. Es muy común decir, que si no sabemos a dónde vamos, no podemos escoger un camino para llegar. ¿A dónde?
“¿PLAN ESTRATÉGICO? (Reyes Baeza): Ahora resulta, que en las operaciones federales contra el crimen organizado, en Chihuahua no hubo ninguna estrategia. ¿Quiere decir que así se está operando en todo el territorio nacional?
“¿SERVICIO DE INTELIGENCIA? (Genaro García Luna). En el 2001, desapareció a la Policía Judicial Federal por la ineficiencia, corrupción y la falta de vinculación interinstitucional, y creó la AFI (Agencia Federal de Investigaciones). Ahora emplea los mismos argumentos para desaparecer lo que él mismo creó en forma multimillonaria.
“Entrenados en España, Israel y Estados Unidos. En el año 2005, declaró García Luna, que la AFI era “una policía de exportación”. Ahora, en el 2008, resulta que la AFI no sirve para nada. ¿Cuál servicio de inteligencia tienen entonces? ¡Ocho años perdidos y no tiene servicio de inteligencia! Luego entonces: ¿Con qué servicio de inteligencia opera?
“FRENTES DE COMBATE:
Actualmente ¿cuántos frentes de combate se le presentan al gobierno federal? Son múltiples y variados, pero a simple vista resaltan los siguientes:
“A.-NARCOTRÁFICO:
“Existen dos tipos de guerrilla: como forma de lucha y como forma de operar.
“El narcotraficante (capos) es fuerte económicamente, pero con la condicionante de la disponibilidad de grandes cantidades de dinero en efectivo, de preferencia en dólares, es decir, aquí y ahora.
“No puede, en sus operaciones, manejar dinero a través de cheques, pagarés o algún otro tipo de transacción bancaria. Todos sus movimientos operativos y personales son de riesgo.
“Su proceso de producción, tránsito, almacenamiento, etc., implica riesgos que únicamente puede eliminar o resolver con base en el dinero en efectivo. Esto incluye su protección física. Para todo ello necesita alianzas…
“En la misma forma, el narcotraficante se apoya en grupos de individuos recios, frugales, resistentes al medio ambiente rural y urbano que no tienen, aparentemente, nada que perder, estableciendo una simbiosis: protégeme físicamente y yo te protejo económicamente <->protégeme económicamente y yo te protejo físicamente. De esta forma, nace una guerrilla de narcotraficantes (rural y urbana) como forma de operar.
“Como esta guerrilla, ni remotamente tendría la menor intención de acogerse a los tratados internacionales para recibir el trato de fuerza beligerante, en vías de legalizar y reforzar sus acciones militares y políticas, jamás va a establecer su identidad ante la sociedad, ni dar a conocer su escalonamiento de mando y menos a uniformarse, lo que le facilita confundir sus actividades con las de otro tipo de bandas del crimen organizado, incluyendo los grupos guerrilleros de tipo ideológico, conocidos por sus siglas que difunden y reivindican sus acciones principalmente, por los medios escritos, radiofónicos, televisivos y electrónicos (internet).
“El proceso del narcotráfico en sus fases de producción: siembra o industrialización, transporte y distribución final) se apoya en el vehículo pobreza, problemas psicosociales, falta de empleo y oportunidades.
Esto no quiere decir que el culpable de la pobreza sea el narcotráfico. Estamos con la atención puesta en lo que significan los golpes espectaculares como es: la detención de grandes capos, su extradición, la incautación de grandes volúmenes de droga y dinero, etc. pero el punto en donde realmente la droga capta los recursos financieros con valor agregado, es en el intercambio de droga y dinero entre el consumidor final (fármaco dependiente) y el vendedor al menudeo (al detalle).
¿Cuántos consumidores finales y cuántos vendedores al detalle existen?
¿Cuáles son los simpatizantes de los grupos dedicados al narcotráfico? En nuestra lógica no debieran existir.
En ocasión del establecimiento de una unidad al norte del país, en un pequeño poblado de no más de siete mil habitantes, dos o tres meses después se le preguntó a la dueña de un restaurante (mediana confianza de por medio), que: ¿qué le parecía nuestra llegada al pueblo?
-Ella contestó que mal.
-¿Por qué?
-Porque antes llegaban dos o tres personas (sombrerudos, con hebillas de plata, relojes caros, bigotones y patilludos), se les servía de comer y si la cuenta eran doscientos pesos, pagaban con un billete de quinientos y dejaban el cambio como propina.
Ahora, llega gente demasiado humilde, que a cambio de no dejar propina dan ganas de regalarles la comida. ¿Simpatizantes?
Esto se extiende a otro tipo de actividades como: asesinatos espectaculares (decapitados, cadáveres con grandes volúmenes de impactos hasta despedazar los cuerpos, dejarlos tirados en la calle a la vista de la población, etc.).
En el caso del terrorismo que el narcotráfico emplea como ataque-defensa de sus intereses, se dirige hacia los cuerpos de seguridad, tratando de limitar las acciones de la autoridad, pero conlleva otros efectos entorpeciendo el reclutamiento de efectivos para los cuerpos del orden. Éste, naturalmente causa efecto ampliado de terror hacia toda la sociedad que se siente desprotegida.
Cuando el narcotráfico pierde fuerza económica, por gastos elevados para la protección de sus movimientos o la pérdida por incautación de dinero o droga, busca por todos los medios, allegarse dinero en efectivo a través del “gane”, como se le llama en su argot a los golpes dados a narcotraficantes contrarios, o por el secuestro de personas adineradas así como el asalto a bancos o vehículos transportadores de valores. Esto no es ninguna novedad. No se está inventando el “agua tibia”.
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