Puebla, Puebla.- La noche del pasado sábado, Francisco Javier y su pareja Gabriela bebían adentro de su casa en la colonia Del Valle, en Puebla. Después de discutir, el hombre de 33 años de edad golpeó a Gabriela, la degolló, la envolvió en una sábana y la dejó tirada en el piso de la cocina.
Francisco Javier caminó unos pasos hasta la casa de sus padres donde dormían los tres hijos que le dejó a su cargo su ex esposa. Pidió comer algo muy picoso, porque estaba muy tomado, su mamá le hizo unas ‘enfrijoladas’ con salsa, le dijo que se fuera a su casa pero él decidió quedarse a dormir con el pretexto de estar con sus vástagos.
El domingo siguió tomando en la casa de sus papás mientras el cuerpo de Gabriela se empezaba a descomponer dentro de su casa. Cerca de las 22:00 horas, cuenta su padre, policías ministeriales tocaron a su puerta con el reporte de que había una persona sin vida en el cuarto de al lado.
No saben quién lo delató, los obligaron a ir por las llaves para abrir el cuarto y ahí estaba Gabriela tendida, envuelta en una sábana; el cuerpo lo vieron ensangrentado los padres de Francisco Javier.
Corrieron a buscar a su hijo en la casa, seguía borracho. ¿Qué hiciste?, —Nada, respondió el sujeto, ¿Dónde está tu novia?, le preguntaron sus padres, —No sé, no la he visto, respondió Francisco.
Lo obligaron a pararse de la cama y a rastras lo llevaron hasta el cuarto donde estaba muerta Gabriela. Cuando la vio, frente a los ministeriales confesó: “Sí, yo la maté porque ella me provocó”.
Gabriela Bautista Ruiz tenía 43 años de edad, era mesera de un bar de la zona, madre de cuatro hijos, es abuela, estaba divorciada y, según los reportes de la necropsia, murió degollada.
Francisco Javier Maldonado Solano, es albañil, tuvo tres hijos de su primera relación, pero el año pasado el matrimonio se terminó porque el sujeto violentaba a su expareja. La mujer decidió abandonarlo y le dejó a su cargo a los tres niños, quienes eran cuidados por sus abuelos.
De acuerdo a las autoridades, hace aproximadamente seis meses Francisco Javier y Gabriela iniciaron una relación sentimental, la cual siempre fue agresiva por parte de los dos.
Casi todos los días tomaban alcohol juntos, y el pasado sábado no fue la excepción. Ese día, tras una discusión, él decidió quitarle la vida, degollándola. Nadie escuchó nada pues como es costumbre, la música en la vivienda estaba a todo volumen.
El crimen fue descubierto por una denuncia anónima a las 10:00 de la noche del domingo 8 de enero, cuando los ministeriales lo sacaron de su cama para presentarles el cuerpo de su expareja. El hombre entre dormido observó el cuerpo y no tardó minutos para reconocer que la asesinó tras una pelea de la que evitó dar detalles.
“Si me van a llevar, ya llévenme”, les dijo a los policías para no responder los cuestionamientos. Fue trasladado en una patrulla aún en estado de ebriedad.
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