Una supuesta carta de Los Chapitos y el “Territorio 701” vigilado por los Guzmán

Sinaloa.-La escalada violenta que se ha desatado entre los grupos criminales en Culiacán, Navolato y Mazatlán tuvo un vuelco mediático esa noche luego de que el periodista Ciro Gómez Leyva diera a conocer una supuesta carta escrita por uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero a nombre de los dos.

En su programa transmitido vía You Tube, Gómez Leyva leyó el presunto comunicado, en donde los Chapitos aseguran que a petición de Dámaso López Núñez, El Licenciado, pactaron un encuentro junto con Ismael “El Mayo” Zambada en la sierra de Badiraguato.

La reunión habría sido el pasado sábado 4 de febrero, aunque no se especifica en que punto de la geografía badiraguatense. El encuentro supuestamente se dio debido a que “había pruebas” de que El Licenciado había sido quien ordenó el levantón de Los Menores en Puerto Vallarta.

Enseguida se dan cuenta que no se encuentra Dámaso López, y entre la confusión unos sicarios matan al escolta de la familia Guzmán. Saliendo ilesos, huyen entre el monte de Badiraguato junto con el Mayo, pero en los caminos se encuentran pistoleros del Licenciado. Ya después fueron rescatados por pobladores de una comunidad…


¿Un borrego bien aprovechado?

Sin embargo, la carta no explica la violencia que en los últimos días ha sacudido Sinaloa, y que en gran parte el Ejército y la Secretaría de Marina atribuyen a una disputa entre, sin lugar a dudas, estos grupos del cártel de Sinaloa.

Raro que la cita haya sido en Badiraguato, un municipio más bien fortificado por grupos armados leales a los Guzmán, y sobre todo a Aureliano Guzmán Loera, El Guano. En un recorrido que realizó LA PARED a la comunidad de La Tuna el pasado 31 de enero, es decir, 4 días antes del supuesto encuentro, se pudo constatar que los caminos son tan transitables como en cualquier parte. Solo en Huixiopa y en La Tuna se tuvo contacto con sujetos armados.

En la primera comunidad se trataba de jóvenes acantonados en una casa en construcción en la salida rumbo a Arroyo Seco, y en La Tuna había alrededor de 30 sujetos armados, empecherados y equipados con cargadores vigilando la casa de doña Consuelo Loera Pérez, madre del Chapo.

Al equipo de periodistas más allá de intimidarlos solo trataron de averiguar qué hacían ahí, quién los había enviado y a qué iban. Revisaron por encima la camioneta, y una vez que se les dijo que se buscaba a “la señora”, el que portaba el radio de frecuencia se mostró disponible.

Informó primero que “todo estaba bien”, que se trataba de unos periodistas que habían ido “a dar la vuelta”, y que “querían ver a la señora”. La voz del otro lado contestó que si traían dinero sí.

“Ellos son los adinerados, nosotros somos los de la causa”, soltó.

Para nadie en Badiraguato es desconocido que tras el asalto a La Tuna en julio de 2016, la gente de Aureliano Guzmán logró expulsar a los Beltrán Leyva, sobre todo de Huixiopa. Todavía a la entrada de esta comunidad perdida entre cañadas puede verse pintado en aerosol color verde “Territorio 701”, marca de los Guzmán.

Al final queda la violencia imbatible en Sinaloa, una guerra de la que nadie quisiera saber y víctimas inocentes que nadie quiere repetir…

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