La mafia no perdona; aquel día que mataron al Cochiloco

El día que lo asesinaron bajó de su carro con una  granada en mano pero no alcanzó a activarla y cayó acribillado, blanco de 70 balazos

Juan Manuel Salcido Uzeta (Cesar Martinez Bejarano, alias "El Cochiloco",alias "El Mauri tetona" "Pedro Orozco", "El gallo de San Juan" o "Comandante Martínez",), así era conocido,  capo de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas en México.

Muchos de los que lo conocieron mencionaron que cojeaba debido a un balazo que recibió en una pierna en su tierra natal, San Ignacio, Sinaloa.

Vivió de 1985 hasta 1991 en el municipio de Coquimatlán, Colima, México, con el sobrenombre de "Pedro Orozco", siendo considerado por los habitantes de la población como un prospero agricultor y ganadero, puesto que esa no era su zona de trabajo o negocios, solo su hogar.

En diversas informaciones divulgadas por la DEA, El Cochiloco fue señalado como uno de los socios más cercanos de Pablo Escobar en México.


El vehículo en que viajaba fue interceptado en una esquina por otros dos de los que descendieron ocho hombres armados con rifles R-15 y AK-47 y comenzaron a disparar sobre el narcotraficante y sus dos acompañantes.

Salcido bajó granada en mano pero no alcanzó a activarla y cayó acribillado, blanco de 70 balazos, al igual que Juan Saucedo, que recibió 30 impactos. Una mujer que viajaba con ellos, sobrevivió al ataque, pero fue herida gravemente.


El enfrentamiento ocurrió en pleno centro de Guadalajara en la que Salcido vivía desde hace unos tres años, tras abandonar el estado de Sinaloa, después de un tiroteo con la Policía en el que murió uno de sus hermanos. En este entonces, el capo fue el único que sobrevivió.

Fuentes judiciales aseguraron que Salcido, a quien la prensa mexicana adjudica un centenar de muertes, estaba relacionado en los últimos tiempos con los narcotraficantes colombianos Germán Gómez Caises y Luis Enrique Jimeno.

Diarios daban a conocer la muerte del Cochiloco.

Desde la caída de Caro y Gallardo se le consideraba el número uno de las drogas en México.

Salcido cobró fuerza en el hampa desde 1972 cuando en el estado de Sinaloa murió su padrino Modesto Osuna, aunque las autoridades tenían información sobre él desde un año antes cuando junto a sus dos hermanos asesinó a dos personas. En 1975 fue detenido en Guadalajara acusado de otra muerte y trasladado a un penal de Sinaloa del que se fugó en noviembre de ese mismo año para nuevamente formar una banda y continuar con el narcotráfico.

Su centro de operaciones era el balneario de Mazatlán donde a mediados de 1985 poseía propiedades. En febrero de ese año comenzó la persecusión al Cartel de Guadalajara, tras el secuestro y asesinato de Enrique Camarena Salazar, oficial de la DEA (agencia norteamericana antidrogas).

Adorado y admirado por sus hombres muchos que no lo eran pero que se beneficiaban de sus inversiones la DEA había pedido varias veces su captura a la justicia mexicana por relacionarlo con el asesinato de Camarena.

En Mazatlán hasta le habían compuesto un corrido que entre otras frases decía: Señores! Yo lo creo, porque es legendario y valiente. Porque por ello le tienen miedo. Pero en el fondo de su alma, es un amigo sincero .

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