El triángulo turístico del Sol, conformado por Acapulco, Ixtapa y Taxco, se ha convertido en una zona de muerte, desaparición y terror que refleja el nivel de corrupción, impunidad y violencia que persiste en Guerrero.
En el contexto del comienzo del periodo vacacional de Semana Santa y el anuncio del reforzamiento de la seguridad en los principales destinos turísticos, en las últimas 24 horas se han registrado al menos 12 homicidios en diferentes puntos de la entidad.
Entre las víctimas se encuentran cuatro hombres que fueron asesinados durante la madrugada de este sábado tras un ataque armado realizado por un comando que abrió fuego de manera indiscriminada contra clientes que se divertían en el bar denominado La Malquerida, ubicado en el corazón turístico de Ixtapa, donde al menos dos personas más resultaron lesionadas, entre ellas un visitante procedente de Cuernavaca, Morelos.
Reportes oficiales indican que en el binomio turístico de Ixtapa-Zihuatanejo, dos grupos delincuenciales mantienen una brutal confrontación por el control de esta franja de la Costa Grande de la entidad, considerada como estratégica en la geografía del narco en la ruta del Pacífico mexicano.
En Acapulco, calificada como la segunda ciudad más violenta en el mundo, la ola de ejecuciones simplemente no cesa y el gobierno de Astudillo, con el fin de no afectar la tan deteriorada imagen del puerto, se niega a abrir una fosa común utilizada por la Fiscalía General del estado (FGE) para depositar cadáveres que no han sido identificados, sin control alguno y violando protocolos internacionales sobre el manejo de cuerpos.
En Taxco, la confrontación entre las bandas de Los Rojos y un grupo dirigido por Ranulfo El Rani Zagal Maldonado mantiene en vilo a la población de esa ciudad platera que en estos días protagoniza una de las principales atracciones turísticas: las impresionantes procesiones religiosas de Semana Santa.
Mientras que en Chilpancingo, esta mañana se localizó el cuerpo de un niño de 13 años, embolsado y tirado en la periferia de la capital de la entidad donde las bandas de Los Rojos mantienen una disputa con el cártel de La Sierra y la gavilla de Los Ardillos por el control de la región Centro donde el vacío de autoridad es evidente.
En esta franja operan guardias comunitarios vinculados con el narco que asumieron la seguridad con el aval del gobierno de Astudillo, desde el poblado de Petaquillas hasta la zona rural de Acapulco, pasando por el valle de El Ocotito, donde mantienen retenes sobre la carretera federal México-Acapulco.
Incluso, el pasado 18 de marzo, dos turistas procedentes de la Ciudad de México, entre ellos una mujer, resultaron heridos tras ser atacados a balazos porque no se detuvieron en un retén instalado de manera ilegal por integrantes de la autodefensa vinculada al grupo delictivo Los Ardillos, al sur de la capital de la entidad.
El ataque armado se registró durante la madrugada sobre la carretera federal México-Acapulco, en las inmediaciones del poblado de Petaquillas, a menos de 10 kilómetros de la ciudad de Chilpancingo, indican reportes oficiales.
A la fecha, familiares de una de las víctimas han denunciado que el gobierno estatal se ha negado a asumir su responsabilidad, así como los guardias comunitarios en la investigación y reparación de los daños que sufrió la joven mujer que permanece hospitalizada con lesiones graves en la columna vertebral.
El 25 de marzo, la empresa Holland America Line anunció la cancelación del arribo de ocho cruceros internacionales al puerto de Acapulco durante este año, ante los niveles de violencia e inseguridad que se vive en el principal destino turístico de Guerrero y el resto de la entidad, donde grupos delictivos operan impunemente y el vacío de autoridad es evidente.
La alerta internacional señala que de acuerdo a información del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Guerrero, donde se encuentra el puerto de Acapulco, ha sido la entidad más violenta a escala nacional en los últimos cuatro años y remata:
“Los grupos de autodefensa operan independientemente del gobierno en muchas áreas de Guerrero. Los miembros armados de estos grupos frecuentemente mantienen bloqueos y, aunque no se consideran hostiles a los extranjeros o turistas, sospechan de los forasteros y deben ser considerados volátiles e impredecibles”.
Enseguida, la empresa señala que la violencia relacionada con la confrontación que mantienen pandillas por el control de las rutas de trasiego de cocaína y venta de narcóticos en Acapulco, ha colapsado el puerto.
“Seis comerciantes fueron abatidos recientemente en un mercado popular de Acapulco en enero, según una historia en la prensa canadiense. Los asesinatos ocurrieron en la mitad del día, y se han vinculado a las demandas de la extorsión. Cinco personas también fueron asesinadas durante el festejo de año nuevo, incluyendo a tres hombres que fueron violentamente decapitados”, indica el comunicado de Holland America Line.
El anuncio de la empresa de cruceros exhibe la percepción de los turistas extranjeros sobre la situación que se vive en Guerrero y Acapulco en particular, donde la violencia no se detiene a pesar del operativo de seguridad que dirige el Ejército en la entidad desde finales de 2014.
En contraste con la realidad que se vive en el estado, el gobernador Astudillo considera que Guerrero es seguro porque los muertos y desaparecidos, no son turistas ni personas famosas.
En ese sentido el vocero de Seguridad, Roberto Álvarez Heredia ayer celebró que los jóvenes asesinados durante el ataque armado contra el bar la Malquerida de Ixtapa, no eran turistas y anunció que las autoridades ministeriales investigan para deslindar responsabilidades.
De forma paralela, el gobierno estatal difundió cifras positivas sobre la afluencia de visitantes en los principales destinos turísticos de la entidad, pero lo que no informa a los paseantes son los riesgos que existen en la entidad ante la violencia desbordada y la confrontación que mantienen grupos armados que operan impunemente en la mayoría del territorio guerrerense.
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