La historia de "El Guero Palma", de simple Sicario a líder del Cartel de Sinaloa

Héctor Luis, "el guero Palma", líder del cártel de Sinaloa detenido en la ciudad de Guadalajara, es un ejemplo de una meteórica carrera en el negocio ilícito de la droga, en el que adquirió en pocos años un poderío inusitado.

De ser un sicario más en grupos de narcotraficantes, pasó en pocos años a ser el líder del cártel de Sinaloa, que ha extendido sus redes de tráfico en el noroeste de México y a Centro y Sudamérica.

"El guero Palma" se inició en el negocio ilícito de la droga a la sombra del capo Miguel Angel Félix Gallardo, quien lideraba el cártel de Sinaloa.

Palma logró ganarse la confianza de Félix Gallardo y convertirse en uno de sus sicarios consentidos, hasta que lo traicionó y se alió con Joaquín "el chapo" Guzmán, enemigo de Félix.


Así se inició una guerra a muerte entre Palma y su antiguo protector, quien mandó matar al hijo y a la esposa de "el guero" y les envió sus cabezas por correo.

Al "guero Palma", cuya identidad ha sabido ocultar tanto que casi no existen fotografías suyas en archivos policiales, se le considera un narcotraficante de "estilo violento", a diferencia de sus rivales los hermanos Ramón y Benjamín Arellano Félix, líderes del cártel de Tijuana, considerados "narcos sofisticados".

La alianza entre Palma y Guzmán buscó el control del mercado que paulatinamente quedó sin cabeza por su muerte, el capo Manuel Salcido, y por su encarcelamiento, Miguel Angel Félix, cuyos sobrinos los hermanos Arellano Félix continúaban la pugna con sus rivales.

Palma pasó a ser el único jefe del cártel de Sinaloa tras la detención de "el chapo" Guzmán en junio de 1993, un mes después del atentado donde fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en Guadalajara, la segunda ciudad más importante de México.

Las pugnas entre ambos bandos cobraron víctimas entre miembros del aparato de justicia, como las muertes del ex subprocurador de justicia de Sinaloa, Francisco Rodolfo Alvarez; el ex procurador de Jalisco Leobardo Larios, e incluso de la Iglesia, como es el caso del cardenal Posadas.

Tanto "el guero Palma" como el "chapo" son originarios de la sierra del estado norteño de Sinaloa, una zona marginada inaccesible por la violencia rural, que los capos han aprovechado para el cultivo y procesamiento de droga.

Palma tiene un historial sangriento en el que destaca la muerte de Norma Corona, defensora de los derechos humanos en Culiacán (Sinaloa), asesinada en 1990, presuntamente por órdenes de Palma.

Las venganzas, los tiroteos a plena luz del día y los atentados con coches bomba caracterizaron a "el guero Palma", cuyo estilo violento le valieron el temor de sus enemigos y el soborno a policías del más alto nivel.

En 1992, un comando armado por órdenes de Palma y Guzmán irrumpió en la discoteca "Christine" de Puerto Vallarta (Jalisco), para matar a los Arellano Félix en un tiroteo que dejó más de 10 muertos.

Después de varios años de un "destierro" obligado de Sinaloa, cuando se le buscaba por el asesinato de Norma Corona, Palma desató una ola de violencia en enero de 1993 en Culiacán, la capital del estado, después de que fuera denunciada su alianza con la Policía Judicial Federal.

El 5 de enero de ese año, uno de los empleados del denunciante Carlos Alvarez, Luis Lerma, fue secuestrado, torturado y muerto al ser incendiado el coche en el que viajaba.

Al día siguiente, un comando armado asesinó a Alvárez, en una refriega que dejó dos muertos y cinco heridos, ocurrida en pleno centro de la ciudad, a plena luz del día y a dos calles de las oficinas del gobernador.

Once días después se escenificó otro violento enfrentamiento en Culiacán para vengar la muerte de uno de los hombres de los Arellano Félix, quienes protagonizaron un ataque armado a gente de "el guero Palma" y en el que murieron 12 personas.

En México siete grandes cárteles se disputan el control de la droga y su tráfico a Estados Unidos, y cuyos ingresos brutos se estima superan los 27.000 millones de dólares.

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