De ser considerado uno de los principales jefes de sicarios de Los Zetas implicado en la matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, ocurrida en agosto de 2010, José Guadalupe Reyes Rivera, alias El Sasi, pasó a atender un taller mecánico en Ciudad Victoria. Ayer, tras cuatro años y tres meses de la masacre, fue detenido cuando atendía su local.
El Sasi es considerado por las autoridades como uno de los tres principales jefes zetas que planearon y consumaron el plagio y multihomicidio de los 58 hombres y 14 mujeres, provenientes de Centro y Sudamérica, quienes al negarse a entrar en las filas de la organización fueron acribillados por la espalda.
Al estar ligado a la comisión de delitos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego, corrupción de menores y homicidio, sobre Reyes Rivera pesaba una recompensa de cinco millones de pesos, que la Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía por datos para su captura.
Tan sólo por encima de él, con una recompensa de ocho millones de pesos fueron ubicados el entonces jefe de plaza de Los Zetas en San Fernando, Juvenal Burciaga El Alacrán, quien junto con su principal lugarteniente, Román Ricardo Palomo Rincones, alias El Coyote, y El Sasi habrían perpetrado los asesinatos.
A través de un escueto comunicado, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó que Reyes Rivera fue detenido en cumplimentación de una orden de aprehensión girada por el Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales de Tamaulipas.
La cual fue cumplimentada la tarde el lunes por efectivos de la Policía Federal (PF), cuando Reyes Rivera se encontraba en un taller mecánico, presuntamente de su propiedad, ubicado en calles de la colonia Camino al Pueblo, en el municipio de Ciudad Victoria, para después ser trasladado al Centro Federal de Readaptación Social número 3 de Matamoros, donde fue internado a disposición del Juez de la causa.
Aunque al menos unas 30 personas, entre jefes, sicarios y policías municipales, fueron involucradas en los hechos del 22 y 23 de agosto de 2010, a la fecha no se cuenta con la precisión de cuántos involucrados hubo y cuántos de ellos han sido capturados.
En diciembre del año pasado, la PGR informó sobre la captura de 17 policías de San Fernando ligados a la masacre, quienes en aquel entonces habrían cumplido con labores de halconeo (vigilancia) en favor del cártel.
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